POR | 8 de febrero de 2017, 2:37 AM

Colin Barras

BBC Earth

Saben contar, "manipulan" a otros miembros de su comunidad y hasta pueden sentir empatía.

Hay algo raro sobre los pollos.

En el mundo hay más de 19.000 millones de ellos, lo que los convierte en una de las especies más abundantes en el planeta. Sin embargo, pocas personas tienen contacto con ellos, al menos mientras están vivos.

De hecho, algunos estudios revelan que hay individuos que incluso no los reconocen como aves y piensan que no son inteligentes.

Esa visión se ve reforzada por como son percibidos en la cultura popular, lo cual puede ayudarnos a sentirnos mejor cuando los comemos a ellos o a sus huevos.

Sin embargo, son todo menos tontos.

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Cacareada inteligencia

Los pollos pueden contar, mostrar cierto nivel de conciencia de sí mismos e incluso manipular a sus pares con métodos maquiavélicos.

Para un estudio publicado en 2015, Lisel O'Dwyer y Susan Hazel acudieron a una clase de la Universidad de Adelaida, en Australia.

¿Nos conviene creer que los pollos son tontos?

El objetivo era aprender sobre psicología y conocimiento, para lo cual los estudiantes debían realizar ejercicios que incluían el entrenamiento de pollos.

Antes de que la clase comenzara, los alumnos debían llenar un cuestionario. Muchos expresaron haber convivido poco con este tipo de aves. Las veían como simples criaturas y pensaban que era poco probable que sintieran aburrimiento, frustración o felicidad.

Después de dos horas de entrenamiento, los estudiantes comenzaron a ver las cosas de manera diferente.

"Los pollos son más inteligentes de lo que pensaba al principio", comentó uno de los estudiantes luego del experimento.

En otra investigación -aun sin publicarse- O'Dwyer replicó aquel estudio, pero con trabajadores de la industria avícola, y obtuvo los mismos resultados.

"Básicamente encontramos que en dos grupos sociales claramente diferenciados, hallamos las mismas actitudes al iniciar el estudio y el mismo cambio de visión al final del experimento", expresó O'Dwyer.

La investigadora ahora se propone evaluar si estas experiencias tienen algún impacto en el hábito de consumo de las personas.

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Saben contar

Investigaciones publicadas en la última década por Rosa Rugani y sus colegas de la Universidad de Padua, en Italia, revelan que los pollos recién nacidos pueden contar y hacer operaciones sencillas de matemáticas.

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En uno de los estudios, las aves fueron criadas desde su salida del cascarón junto a cinco envases de plástico.

Experimentos muestran que las gallinas se "estresan" si piensan que sus pollitos están siendo sometidos a una situación desagradable.

Luego de unos días, los científicos retiraron los envases de la vista de los animales y ocultaron tres detrás de una pantalla y dos detrás de otra.

Los pollos se interesaron más en la pantalla que escondía más envases.

En un segundo experimento se puso a prueba la capacidad de estas aves para recordary su habilidad para sumar y restar.

A la vista de las aves, los científicos comenzaron a hacer pruebas transfiriendo en varias oportunidades objetos de una pantalla a la otra. Según los observado, los animales parecían poder mantener su atención en la pantalla que ocultara en cada cambio el mayor número de objetos.

En opinión de Rugani, desde temprana edad los pollos tienen un buen entendimiento de las tareas con números.

Para esta investigadora, puede que esta habilidad no sólo esté presente en los pollos en particular, sino en otros animales en general.

"Estas habilidades pueden ayudarlos en su entorno natural, como por ejemplo para alcanzar mayores cantidades de comida o grupos grandes para hacerse compañía".

Ejercicio de conciencia

También se cree que los pollos pueden experimentar "viajes mentales en el tiempo", es decir, que pueden imaginar lo que pasará luego de realizar una acción.

En los criaderos, los pollos pueden ver a sus pares sometidos a muchas experiencias de dolor y estrés.

Eso se desprende de una investigación realizada en el 2005 por Siobhan Abeyesinghe, de la Universidad de Bristol, en Reino Unido.

Abeyesinghe elaboró un experimento donde los pollos tenían la opción de presionar una llave, que dos segundos después les permitiría un breve acceso al alimento; y una segunda llave, que luego de seis segundos les permitía comer por un período más prolongado.

Las aves se mostraron claramente más inclinadas a utilizar la segunda llave, que les daba más comida, a pesar de tener que esperar más tiempo para alimentarse.

Eso demuestra autocontrol, lo cual es tomado por los biólogos como una señal de conciencia.

Socialmente complejos

Algunas investigaciones sugieren que los pollos y gallinas pueden apreciar cómo perciben el mundo sus similares y pueden utilizar esa información en su propio beneficio.

Si un pollo macho está buscando comida y localiza un bocado suculento, usualmente tratará de impresionar a las hembras realizando una danza particular mientras hace un característico llamado para anunciar su hallazgo.

El problema es que no mucha gente "interactúa" con los pollos... al menos no mientras están vivos.

No obstante, cuando los machos subordinados realizan esta danza y canto, corren el riesgo de ser detectados y atacados por el macho dominante.

De esta forma, si el macho dominante se encuentra cerca, el subordinado suele realizar su danza en silencio, en un intento por impresionar a las hembras sin que el dominante lo note.

También hay machos que tratan de engañar a las hembras haciendo este canto, aunque en realidad no hayan encontrado nada.

De más está decir: frecuentemente las hembras aprenden rápidamente quiénes son estos machos.

Pollos solidarios

Por otra parte, hay algunas pistas que advierten sobre una forma rudimentaria de empatía entre estas aves.

En una serie de estudios efectuados en los últimos seis años, Joanne Edgar y un grupo de colegas de la Universidad de Bristol, en Reino Unido, observaron cómo actúan las gallinas cuando ven que a sus polluelos los dejan sin aire, algo que ellas saben por experiencia que no es nada agradable.

Los experimentos evidenciaron que cuando esto ocurría, el corazón de las gallinas latía más rápidamente y comenzaban a llamar a sus pollitos con mayor frecuencia.

En una investigación publicada en el 2013, las gallinas aprendieron a asociar una caja coloreada con la desagradable experiencia de sofocarse, y una segunda caja en donde estaban tranquilas.

La reacción de las gallinas fue la misma cuando los polluelos fueron colocados en la caja "peligrosa", aun cuando estos no estaban experimentando ninguna amenaza.

Esto sugiere que las gallinas pueden responder frente a la situación de los polluelos, de acuerdo con su conocimiento propio, más allá de reaccionar ante las señales de estrés de sus descendientes.

"Todavía no hemos determinado si este comportamiento de las gallinas y su respuesta psicológica es indicativo de una reacción emocional, o es sencillamente por interés o excitación", explica Edgar.

Un tema ético

Si resulta que las gallinas pueden mostrar solidaridad cuando otras aves se encuentran en problemas, podrían surgir serios cuestionamientos sobre la forma en que estos animales son criados en las granjas.

"Hay numerosas situaciones en las que los animales de una granja son expuestos a la vista, el sonido y el olor de otros individuos experimentando dolor o estrés", advierte Edgar.

"Es fundamental determinar si el bienestar de estos animales se ve disminuido en esas ocasiones".

Lori Marino, del Centro de Protección para Animales de Kimmela, en Estados Unidos, también piensa que estos temas deben ser debatidos.

"La percepción sobre los pollos -sin inteligencia o conciencia de sí mismos- es impulsada en parte por la necesidad de desestimar su inteligencia y su sensibilidad, debido a que la gente se los come".

La incómoda verdad sobre los pollos y gallinas es que son más avanzados desde el punto de vista cognitivo de lo que muchos piensan.

Sin embargo, está por verse si al saber esto los consumidores cambiarán sus hábitos de consumo.

Lee la historia original en inglés en BBC Earth