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10 productos de EE.UU. de los que dependen millones de mexicanos y que corren riesgo con la política de Donald Trump
Por baja producción o decisiones de mercado, México tiene una serie de productos que adquiere principalmente en Estados Unidos. Y en la actual crisis diplomática con el gobierno de Donald Trump, la situación de los mexicanos es "vulnerable" en el campo comercial.
Alberto Nájar
BBC Mundo, Ciudad México
La avicultura mexicana depende de insumos de Estados Unidos.
Maíz, carne, trigo, leche, gasolina, gas natural, medicamentos, vacunas, leche, trigo, huevo, pollo, carne, plástico.
Estos son algunos productos elaborados en Estados Unidos de los que dependen millones de mexicanos.
En algunos casos la producción local es insuficiente para abastecer la demanda. Pero en otros, como ocurre con los combustibles, la dependencia es muy elevada.
De hecho, el 52% de la gasolina que se consume en México se importa diariamente de EE.UU.
Así, en la actual crisis diplomática con el nuevo gobierno de Estados Unidos, la posición de México puede ser más vulnerable, señalan especialistas.
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Si prosperan las amenazas de Donald Trump para establecer un impuesto fronterizo, el gobierno mexicano podría aplicar aranceles a las importaciones estadounidenses, como advierte la Secretaría de Economía.
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Y eso puede afectar a algunos de los productos con alta demanda, como el maíz o leche en polvo.
De hecho, algunos empresarios piden al gobierno que no se precipite en la próxima renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
"Debe actuar con mucha cautela", dice el presidente de la Unión Nacional de Avicultores (UNA), César Quesada Macías.
México es uno de los principales compradores de maíz de Estados Unidos.
Y Eduardo Orihuela, presidente de la Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR), advierte que una negociación no adecuada del acuerdo puede generar desabasto o encarecimiento en algunos alimentos.
Además de las conversaciones con la administración de Trump, el gobierno mexicano deberá cambiar su espectro de mercados.
"Con o sin negociación del TLCAN lo que deben a hacer ya -y es tarde- es diversificar la geografía de su comercio exterior", le dice a BBC Mundo Antonio Gazol Sánchez, investigador de la Facultad de economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Gasolina para 3 días
Casi toda la economía mexicana se mueve en función del TLCAN con Estados Unidos y Canadá.
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Geografía (Inegi), el 82% de las exportaciones se envían a esos países.
De este porcentaje, la mayor parte se envía a compradores estadounidenses. El intercambio comercial supera los US$534.000 millones al año.
Sin embargo, por el modelo de producción que se implementó desde el inicio del convenio en 1994, existe dependencia en algunos productos que no se elaboran en México.
Uno de los casos más evidentes son la gasolina y gas natural: el volumen diario de importaciones es de 195.000 barriles, la mitad de lo que se consume en el país.
Debe ser un flujo constante pues Pemex sólo tiene capacidad para almacenar el combustible durante 3 días.
México es uno de los mayores exportadores de petróleo de América Latina, pero importa más de la mitad de sus gasolinas.
Un caso similar es el gas natural. México compra diariamente 3.000 millones de metros cúbicos a proveedores estadounidenses.
Del abasto de ese combustible dependen compañías fundidoras, armadoras de autos y otras empresas, sobre todo del norte del país.
También se utiliza para generar electricidad que abastece a por lo menos 20 millones de usuarios.
Para 2026 la Comisión Federal de Electricidad planea duplicar el consumo de gas natural en la generación de energía.
La estrategia se basa en la construcción de 7.000 kilómetros de gasoductos, la mayor parte conectados con proveedores de Estados Unidos.
Aves y leche
Un caso parecido a la gasolina y gas natural es el del maíz amarillo, del que se importa un promedio de 11 millones de toneladas anuales.
Es el 45% del consumo total y proviene de granjas estadounidenses, según datos de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
El grano se utiliza para alimentar aves y ganado, aunque algunas empresas lo mezclan con la variedad blanca para elaborar tortillas.
El país importa leche en polvo para comunidades marginadas.
Las mayores consecuencias de una crisis comercial podrían ocurrir en la producción de huevo y pollo, advierte la UNA.
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El sector "tiene una amplia dependencia de insumos estadounidenses", dice Quesada Macías, presidente de la agrupación.
La dependencia de los granos de Estados Unidos "va en aumento porque la producción nacional no cubre las necesidades de la avicultura".
Pero no es todo. Desde la epidemia de gripe aviar en 2012 y 2013, que prácticamente devastó la producción, los avicultores aumentaron las importaciones de pies de cría y pollitos progenitores o reproductores.
En 2016, por ejemplo, se compraron en Estados Unidos más de 37.000 toneladas de huevo fértil.
Otro sector vulnerable es el lechero. La producción nacional, de unas 11.000 millones de litros anuales, no es suficiente para abastecer a todos los habitantes.
Por eso desde hace décadas se importa leche en polvo, que en 2106 alcanzó un promedio de 250.000 toneladas.
El 90% proviene de Estados Unidos, según datos del Consejo Nacional Agropecuario.
La leche en polvo se utiliza, sobre todo, para abastecer a comunidades marginadas o a la población urbana en situación de pobreza.
Ampliar mercados
Es difícil que se interrumpa la importación de estos productos estadounidenses, insiste el investigador Gazol.
Donald Trump ha anunciado que renegociará el TLCAN, proposición que Enrique Peña Nieto aceptó considerar en su reunión conjunta de agosto de 2016.
Pero la posibilidad de que encarezcan su precio no puede descartarse, y eso impactaría a los consumidores mexicanos. Es consecuencia de la decisión de concentrar el comercio con Estados Unidos.
"México tenía concentrado su comercio exterior con ese país antes del TLCAN, pero luego se profundizó", señala.
En los últimos 20 años se han firmado 45 tratados de libre comercio "pero ahí se han dejado, no se promueven".
Y ahora que la principal relación está en crisis es momento de aprovechar esos acuerdos.
"Cualquier inversionista sabe que parte del negocio es diversificar el riesgo, y México debió hacerlo".
No se trata de hacer a un lado el mercado estadounidense, subraya Antonio Gazol, "sino de aprovechar mejor los otros mercados".