14 de septiembre de 2017, 18:00 PM

Esta pequeña botella amarilla se llama Scorkl (un híbrido entre scuba y snorkel). Se trata de un dispositivo ligero y compacto -pesa alrededor de un kilo- que, según aseguran sus inventores, le permitirá desaparecer bajo el agua durante diez minutos -el tiempo equivalente a 60 respiraciones relajadas-, sin necesidad de subir a la superficie a tomar aire.

Su sistema es sencillo: el cuerpo cilíndrico almacena el aire, que se va extrayendo después a demanda por la boquilla, para respirar. Scorkl presenta un medidor de presión que señala en todo momento cuánto aire queda en el depósito.

Es el primer dispositivo que puede rellenarse manualmente mediante una bomba de aire.

Todo lo que necesita hacer es bombear aire a presión, hasta que esté a tope de nuevo. 

El fabricante puntualiza que los usuarios que nunca hayan recibido clases de buceo no deberían utilizar el dispositivo por debajo de los 3 metros de profundidad -mantenerse por encima reduce el riesgo de daño pulmonar- ni usarlo más de cinco veces al día. El precio del pack con el Scorkl, va desde los 350 euros hasta los 550 euros.