Tica desaparecida en México estaba retenida por las autoridades migratorias
“Sufrí mucha agresión. Violan tus derechos, no te dejan ni avisar a la familia de que está bien, todo te lo hablan gritado”, relató la joven.
Cuando la alajuelense Zeidy López Vargas viajó a México el pasado 3 de setiembre para celebrar su cumpleaños y reunirse con unos conocidos de su iglesia en Chiapas, jamás se imaginó que horas más tarde sería reportada como desaparecida por las autoridades costarricenses.
Su pesadilla inició en la ventanilla de migración del país que visitaba, cuando los oficiales le exigieron una carta de invitación de la familia que la alojaría en Chiapas. La respuesta negativa de López desató un vía crucis para la costarricense que resultó en más de 27 horas de detención en las que no pudo comunicarse con su familia. “Me quitaron mis cosas, mis documentos y mi teléfono”, relató. Ante el silencio de López, su familia reportó su desaparición al Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
La manicurista de profesión estuvo retenida desde el viernes y hasta el domingo en la madrugada, cuando las autoridades mexicanas la enviaron en un avión con escala en Colombia para volver a Costa Rica. “Sigo sin entender el por qué me devolvieron a Costa Rica. Llegué bien, pero sin comprender por qué me retuvieron 27 horas ahí, sin nada, mis documentos todos iban al día, llevaba suficiente dinero. Sufrí mucha agresión, violaron mis derechos, sin dejarme avisarle nada a mi familia. Todo me lo decían gritando”, detalló.
Ahora, López busca la asesoría de un abogado para acudir a la Cancillería y exigir una rendición de cuentas al Estado mexicano. “Me trataron como una vil delincuente, cuando me devolvieron mis cosas no estaba ni mi reloj, ni mis aretes, ni mis dos collares, fue algo demasiado terrible, lo que le hacen vivir a uno es terrible y al no darte el derecho de una llamada o mensaje hacen que tu familia también sufra”, aseguró la costarricense.
Para exacerbar el mal trago, López relata que tuvo que aguantar comentarios xenófobos por parte de uno de los agentes mexicanos: “Un funcionario me dijo que nosotros los costarricenses éramos unos tarugos, que no entendíamos. Encima, no me daban explicaciones de nada”, concluyó.