Por Susana Peña Nassar |24 de febrero de 2021, 14:15 PM

Los días 23 y 24 de febrero jamás pasarán desapercibidos para la familia Núñez Badilla: esa fecha se convirtió en el "segundo nacimiento" de los siameses Samuel y Ezequiel. 

En el 2018, a las 7:35 a. m., ellos entraron al quirófano unidos por la cabeza: se sometieron a una cirugía nunca realizada en el país y, además, "secreta".

"Teníamos tanto terror, tantas palabras y lágrimas guardadas. Era un secreto, solo un pequeño grupo lo sabía. Era terrible no contar con apoyo familiar (ellos no sabían), solo éramos papá y mamá con fe en Dios y unos maravillosos doctores, prometiendo dar lo mejor de sí", recuerda su mamá, Evelyn Badilla tres años después.

Fueron 22 horas de angustia e incertidumbre en una sala de espera, pero todo cambió cuando vieron salir del quirófano dos camillas: los hermanos sobrevivieron un procedimiento lleno de retos y sustos, en el que participaron más de 100 profesionales del Hospital Nacional de Niños.

"Es una fecha muy importante, fueron los días donde nuestros hijos nacieron por segunda vez, demostraron que ellos querían vivir y fue una prueba de fuego, una prueba de fe, de confianza en Dios y en nuestros maravillosos médicos, que estaban ahí", dijo Badilla a Teletica.com.

"Esa separación a ellos les cambió la vida y a nosotros también", agregó.

Un aniversario diferente

Los padres reconocen que el tercer aniversario de la histórica cirugía es diferente para la familia.

"Desde que empezó febrero yo me he estado sintiendo un poco triste porque este año Samuelito no está, físicamente por lo menos, porque sabemos que él nos acompaña desde el cielo. Samuelito nos dejó, pero estamos aquí, lo amamos y lo recordamos siempre. Tenemos a Ezequiel con vida y él nos ha fortalecido, tenemos a José Francisco", contó la mamá a este medio.

"Es muy difícil no tenerlo en la casa. Hoy estamos bien, recordándolo con amor y recordando sus grandes hazañas, lo fuerte que fue, lo valiente y lo que siempre nos demostró, que había que luchar por la vida y estar feliz en medio de las tribulaciones", añadió la vecina de San Vito de Coto Brus. 

La tristeza por la ausencia de Samuel también fue compartida por la doctora Olga Arguedas, directora del Hospital de Niños, donde se realizó la cirugía hace tres años. 

"Hoy recordamos esa gesta con mucha satisfacción, dada la exitosa separación de estos niños. Sin embargo, nos acompaña la tristeza de saber que Samuel ya no está con nosotros aquí en la Tierra, pero nos queda el consuelo de tuvo una vida individual, de mejor calidad, siempre estuvo rodeado del amor de sus padres y de su familia", manifestó la doctora.

Aprendizaje

Ambas entrevistadas rescatan el gran aprendizaje que significó enfrentarse a una cirugía compleja, tanto para los médicos como para los familiares de los menores: un proceso que no termina aunque pasen los años.

"Seguimos aprendiendo con Ezequiel y estamos dispuestos a darle todo lo que él vaya necesitando, ayudándole a mejorar dentro de toda su condición de salud. Es una bendición y una fortaleza tenerlo a él en casa", relató su madre. 

"Vemos también a Ezequiel creciendo y superando dificultades. Para nosotros ha sido un gran honor el servirle a estos niños y servirle a su familia y hemos aprendido, gracias a ellos, muchas cosas importantes respecto al trabajo en equipo", concluyó la doctora Arguedas.