PANI podría separar a niños de hogares que consuman desinfectante
El Centro Nacional de Intoxicaciones ha recibido llamadas de padres que aseguran dar a sus hijos sustancias peligrosas que no previenen ni curan el COVID-19.
El Patronato Nacional de la Infancia (PANI) podría separar a menores de edad de sus padres, en caso de que estos últimos motiven el consumo de desinfectantes u otras sustancias peligrosas para “prevenir” o “tratar” el COVID-19.
Esta práctica no tiene ningún sustento científico, pero ha sido promovida en redes sociales y cadenas de WhastsApp. En esas plataformas hay mensajes que revelan costumbres riesgosas en el ámbito familiar.
“Tenemos un mes de usarlo en mi familia y es algo maravilloso!! Más energía, familiares se han sanado de dolencias de años y hemos tratado a familiares con COVID y ha sido un éxito”, escribió una usuaria en Facebook.
“Yo lo tomo y mi familia también”, dijo otra persona en la misma publicación.
El Centro Nacional de Control de Intoxicaciones también recibió la llamada de un padre que aceptó usar estos productos con sus hijos. Ante esta alerta, Teletica.com consultó al PANI sobre las posibles consecuencias para los adultos.
Rodolfo Meneses, abogado del Centro de Orientación e Información del PANI, explicó que la patria potestad tiene límites y restricciones.
En medio de una pandemia como la del COVID-19, los progenitores deben acatar únicamente las indicaciones del Ministerio de Salud. Esta institución ha advertido sobre el riesgo, incluso mortal, de ingerir desinfectantes y otros “remedios caseros”.
“En caso de que los padres incumplan o incurran en actos de negligencia pueden ser objeto de procesos administrativos ante el PANI”, dijo el funcionario.
“Estos procesos podrían derivar en un apercibimiento o la separación de los menores de edad”, agregó Meneses.
Los niños podrían quedar a cargo de un familiar responsable, algún recurso comunal o un albergue. La decisión depende de factores como el daño a la salud que puedan sufrir los pequeños, la reincidencia y los antecedentes en el PANI.
“También se podría considerar elevar una denuncia a la Fiscalía por abuso de la patria potestad”, advirtió el abogado.
Si conoce un caso como estos o tiene sospechas, puede reportarlo a la línea 9-1-1. En la página web del PANI también puede denunciar y aportar pruebas, por ejemplo, “pantallazos” de Facebook u otras redes sociales.
¿Cuáles son los productos peligrosos?
El dióxido de cloro y el clorito de sodio son ingredientes activos en numerosos productos utilizados para el control de bacterias, hongos y algas. Además, se usan como conservantes de materiales y como desinfectantes.
En este momento, están destinados para uso industrial; por ejemplo, sirven para desinfectar sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, así como el tratamiento de los sistemas de circulación de agua de piscinas y spas.
Aunque pueden ser efectivos para limpiar superficies y eliminar el nuevo coronavirus, no son aptos para el consumo humano y tampoco son medicamentos.
Muchas personas generan el dióxido de cloro a partir de mezclas de clorito de sodio y ácido clorhídrico, este último es un corrosivo altamente peligroso.
Síntomas como la tos, la salivación, los vómitos y los problemas para respirar son algunos síntomas que los niños pueden sufrir de forma inmediata tras su ingesta; pero el verdadero riesgo podría no verse a simple vista.
“En niños existe la posibilidad de que se intoxiquen de una forma más rápida y severa, debido a que es más fácil que se intoxiquen con dosis más pequeñas. Los síntomas serían cuadros irritativos severos a nivel gástrico (la lengua, la boca, el estómago, la garganta), podrían sufrir quemaduras”, explicó Viviana Ramos, directora del Centro Nacional de Control de Intoxicaciones.
“Además, vómitos, diarreas y puede conllevar a cuadros más complejos como una deshidratación y problemas renales, cardíacos y del hígado”, agregó la doctora.
La preocupación por estas prácticas negligentes motivó la unión de este servicio con el Colegio de Farmacéuticos y el Centro de Información de Medicamentos. Las tres instituciones buscan educar a la población sobre el riesgo de consumir este tipo de sustancias.