Por Adrián Fallas |23 de julio de 2018, 9:48 AM

“Yo nunca había tenido contacto con componentes como los que usamos acá, menos programarlos”. Así explicó Raquel Miranda, estudiante de Ingeniería en Computación, su experiencia en el CanSat BootCamp, una actividad que se finalizó este domingo en el Instituto Tecnológico de Cartago.

Según explicó Marco Gómez, del Laboratorio de Sistemas Espaciales (SETEC-Lab), desde el viernes y hasta el domingo se trabajó con un grupo de 22 jóvenes en el diseño, construcción y manejo de satélites.

En este caso se trata de aparatos del tamaño de una lata de refresco.

Estos CanSat cuentan con los componentes básicos de un satélite de tamaño regular, GPS, radio y computadora y de acuerdo a Gómez eventos de este tipo permiten los interesados conocer más sobre un campo de investigación que crece poco a poco en el país.

Además, cada uno contó con sensores para medir temperatura y humedad, además de cámaras para registrar video

Desde el pasado 23 de julio el Irazú, primer satélite espacial tico, funciona en el espacio y monitorea la fijación de carbono en árboles costarricenses.

“Iniciativas de este tipo sirven para incentivar a los estudiantes a que se ensucien las manos y sepan que los satélites tienen muchos usos, desde el más conocido como lo es el GPS hasta poder realizar trabajos que permiten seguirle la pista al cambio climático”, aseguró Gómez.

“De hecho, como parte del evento se desarrolló un taller de ideas para que los estudiantes pudieran proponer en qué tipos de misiones creen que serían útiles estos dispositivos y a muchos les pareció que eran ideales para monitoreo climático”, explicó el ingeniero Esteban Martínez, investigador del SETEC-Lab.

Paridad de género y vuelos exitosos.

El CanSat BootCamp arrancó el viernes con la consigna de buscar la paridad de género y hacer visible el aporte femenino en las ciencias y la tecnología.

La Dra. Bárbara Bermúdez Reyes, investigadora del Centro de Investigación e Innovación en Ingeniería Aeronáutica de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, se encargó de hablar con los 22 estudiantes participantes –11 mujeres y 11 hombres–.

“Nosotros empezamos también con Cansats, en el 2015 y ya llevamos cinco eventos de este tipo”, recordó la invitada internacional.

“Fue genial porque estas carreras deben ser más inclusivas. Es bueno ver que de verdad se están haciendo cosas para hacer de las carreras más inclusivas, además de que nos brinda la oportunidad de compartir con chicas de otras carreras”, comentó Miranda sobre la participación de Bermúdez y su charla en el primer día del evento.

Este domingo subieron mediante un dron cinco prototipos a una altura de 50 metros y cada uno regresó a tierra gracias a los paracaídas diseñados por los equipos interdisciplinarios, luego de haber logrado la misión de transmitir sin problemas.

“Hay que soñar en grande”, aseguró Gómez, que espera que iniciativas de este tipo sigan creciendo y dando a conocer los alcances de estas investigaciones.