Internacional
Jóvenes afganas desafían a los talibanes en escuelas secretas
"Los chicos no tienen nada que hacer en la cocina, así que yo acomodo mis libros", explica Nafeesa, de 20 años, que frecuenta una escuela clandestina en su aldea rural.
"Los chicos no tienen nada que hacer en la cocina, así que yo acomodo mis libros", explica Nafeesa, de 20 años, que frecuenta una escuela clandestina en su aldea rural.
Los talibanes también impusieron la separación entre hombres y mujeres en los parques públicos de Kabul, con días de visita atribuidos para cada sexo.
Desde agosto se han lastrado dos décadas de avances en los derechos de las mujeres afganas, dejándolas fuera de los puestos públicos y vetándolas de la secundaria.
La comunidad internacional hizo del acceso de las mujeres a la escolarización un punto fundamental en las negociaciones sobre el reconocimiento del régimen islamista.
"Derecho a la educación y al trabajo" figuraban entre los lemas en las pancartas que espolearon las manifestantes.
Es imposible hablar de una "moderación" de los talibanes, a la luz de sus primeros decretos y la brutal represión que ejercen sobre activistas y periodistas. Las mujeres se organizan para enfrentar este escenario.
Las mujeres en Afganistán son obligadas por su familia a mantener su nombre en secreto, incluso para los médicos.
En 2015, una mujer conocida como Farkhunda fue golpeada hasta la muerte en Kabul por una turba que la acusó falsamente de blasfemia