Sueño de Navidad: Familia vive en precario, a su hijo lo han operado 49 veces y casa se desploma
En este hogar deben rendir el dinero por eso juegan con tapas de botella que sus padres recolectan.
En un precario de Tejar del Guarco vive una humilde familia. Tienen un niño al que han operado 49 veces y la casa en la que habitan se desploma poco a poco.
En este hogar deben rendir el dinero por eso juegan con tapas de botella que sus padres recolectan. Ellos no conocen los legos pero con esto disfrutan el momento.
Eduardo es el mayor de la familia, Gabriel es uno de los menores y en medio está Mauricio.
Tiene 11 años y la lista de padecimientos es extensa. Tanto así que lo han operado 49 veces, así como lo escuchó en 49 oportunidades lo vistieron de verde para ingresar al quirófano. Sus cicatrices son prueba de ello.
Debido a las cirugías y válvulas en su cabeza, Mauricio requiere de un cuidado especial. Deben jugar con cuidado pero eso no le quita el deseo de convertirse en futbolista.
La casa es pequeña y no hay mucho espacio. Para desplazarse se arrastra por el piso que está en muy mal estado, su ropita se rompe y sus manos se maltratan.
Llegaron a esta casa que se ubica en un dique hace 13 años.
La inestabilidad del terreno ya cobró su factura y por eso la vivienda se hunde.
Pensar en una reparación es imposible, el dinero, cuando alcanza, es solo para cubrir gastos básicos.
El daño es evidente y la incomodidad también sobre todo para Mauricio.
El ingreso familiar viene de una pensión que recibe Mauricio y lo que el papá logra reunir con la venta de artesanías.
Con mucho sacrificio logró comprar lo básico para tener un taller. De su talento y creatividad depende la alimentación de la familia pero no siempre logra el objetivo.
Decidió trabajar en la casa para cuidar de sus hijos. Además por las constantes cirugía de Mauricio pasa mucho tiempo en el hospital.
Cocinar es un riesgo, el piso de tablas está podrido y lleno de huecos. Por eso el temor es el cruel compañero de esta ama de casa.
Cada noche hay una oración llena de fe. Esa oración se complementa con un canto de amor.
Sueñan con una navidad diferente, una navidad donde puedan disfrutar de una casa propia donde Mauricio esté más seguro y donde puedan dormir sin temor a que los cuartos se desplomen.
Hay otras cosas que los niños anhelan, por como conocer la playa o el Parque Diversiones, lugares que nunca han visitado.
Gabriel por su parte quiere algo adicional.
Pero este podría ser el año de que tanto han anhelado como familia y con su ayuda ese anhelo podría ser realidad.