Familia ya no tendrá que vivir en un pasillo gracias a su apoyo
Entre lágrimas, Guadalupe y sus tres hijos conocieron su nueva casa en medio de un inmenso agradecimiento al ver que su sueño de Navidad se había hecho realidad.
Guadalupe y sus tres hijos vivían en un oscuro pasillo. Unas viejas latas con minúsculos agujeros dejaban pasar pequeños rayos de luz, esas eran las paredes.
Amy, una niña de 5 años, y Josué, de tan solo dos años, tienen una extraña enfermedad en los ojos que día a día amenaza con dejarlos sin vista. Aunque las carencias materiales eran muchas, la esperanza latía con fuerza en esta familia.
Pero ahora, el frío, la lluvia y las dificultades de vivir en un pequeño espacio cuyo ancho no superaba los dos metros y medio, no volverán nunca más a ser un problema gracias al apoyo y a la buena voluntad de todos los costarricenses que se sumaron con su apoyo económico para ayudar a esta familia.
La emoción se palpaba en el aire, ellos pensaban que el Club de Leones los había invitado a almorzar, pero realmente la sorpresa que les esperaba estaba por inundar de alegría el corazón de Guadalupe y sus hijos. ¡Esta Navidad tendrían una casa nueva! Una con todas las comodidades necesarias para que Amy, Josué y Matías crezcan seguros.
"No me caben las palabras en mi boca para el agradecimiento con todas las personas que ayudaron a que este sueño se hiciera realidad", dijo doña Guadalupe, entre lágrimas, cuando tuvo por primera vez en sus manos la llave de su nuevo hogar.
La abnegada madre asegura que siempre le pidió a Dios una casa y que ahora, por fin, el sueño que su corazón siempre anheló se cumplió
"Yo sé que aquí no se van a mojar, que van a estar seguros", aseguró Guadalupe. Ella también podrá emprender un negocio de costura, porque el Club de Leones y grupo Monge le regalaron todo lo necesario para desarrollarlo.
Además, Monge equipó toda la casa con lo necesario para que la familia pase una Navidad inolvidable. Los alimentos tampoco les faltarán, pues Walmart ofreció darles, durante 13 meses, un diario equivalente a ¢150.000.
Esta familia sintió el abrazo de un país generoso, que un año más demostró que nunca abandona a los suyos.