Argentina está a las puertas de una crisis financiera descomunal
Un juez en Estados Unidos condenó al país suramericano a pagarle a un número de acreedores que compró bonos argentinos en el 2001, año de la enorme crisis.

Argentina vive una pesadilla financiera que podría alcanzar ribetes descomunales, si el actual gobierno de Cristina Kirchner no encuentra una salida pronta, que no arrastre a los más de 40 millones de habitantes al terrible recuerdo del 2001.
¿El responsable de este dolor de cabeza? Los llamados "fondos buitres".
Vamos por partes. La nación suramericana vivió aquel año su peor crisis financiera, cuando declaró el no pago de sus obligaciones financieras internacionales. En aquel entonces la deuda de la nación era de $102.000 millones. Los ahorrantes se vieron imposibilitados a sacar sus dineros de los bancos.
Hubo un grupo de firmas que, a pesar de ese panorama, compró bonos del país. Eran bonos por los que nadie nada un cinco.
Se les llama "fondos buitres" porque, precisamente, esos fondos de inversión compran deuda de economías raquíticas y hasta convalecientes para que, una vez recuperados, los cobren con intereses incluidos.
Argentina logró reestructurar parte de su deuda, pero estos "fondos buitres" no aceptaron las condiciones. Ellos exigieron la devolución del 100% de los dineros más los intereses.
Ante la falta de un acuerdo, estas firmas interpusieron una demanda en los tribunales de Nueva York, y un juez, Thomas Griesa, falló a su favor. La fecha límite para el pago venció ayer miércoles.
¿Por qué la justicia estadounidense tiene sus narices metidas en este asunto? Muy sencillo: Los detalles de la compra de la deuda en el 2001 se diseñaron bajo jurisdicción estadounidense. Por lo tanto, su pago también se rige bajo el amparo de la justicia de ese país, donde se encuentra -quizás- el mayor poseedores de bonos argentinos: un hombre de apellido Singer, uno de los principales donadores de la campaña republicana y considerado entre los estadounidenses más ricos.
¿Y ahora qué viene para el gobierno argentino? El país técnicamente está en suspensión de pagos y esta condición le dificulta la colocación de nuevos bonos en los mercados internacionales; ergo, se le dificultará la captación de recursos frescos para afrontar prioridades como pago de salarios e infraestructura.
La administración de Kirchner podría financiarse mediante una mayor devaluación (el dólar se dispararía) o la emisión de billetes nuevos, pero se enfrentaría con un grave problema: que la inflación se dispare y esto dispare también los precios de los bienes y servicios.
Y quienes tienen sus ahorros en el sistema financiero local piensen en sacar su dinero y colocarlo en el extranjero. Un golpe moral para el Estado.