Víctor Barahona: 24 años de darle vida al Monstruo del Saprissa
Barahona trabaja en el área de mantenimiento del club hace aproximadamente 28 años
Uno de los símbolos del Deportivo Saprissa es el Monstruo. La botarga representa los valores del saprissismo y es un atractivo no solo para niños, sino para los adultos que son aficionados al club.
Víctor Barahona, es quien se encuentra dentro de este traje desde 1998 y es el encargado de animar a los presentes en el estadio Ricardo Saprissa.
Trabaja en el área de mantenimiento del club hace aproximadamente 28 años. Todo inició cuando uno de los encargados de relaciones públicas del equipo, le pidió que se pusiera el traje para una sesión fotográfica, desde ahí nunca más se lo volvió a quitar.
“Como un morado más que soy y orgulloso de estar en esta institución y la más triunfadora de Costa Rica. Me siento muy orgulloso de estar acá por tantos años y estar muy dentro de la institución. Lo bueno es estar cerca de los jugadores que son los ídolos de toda la afición”, manifestó en Teletica Deportes Radio.
Barahona ha visto a generaciones de saprissistas crecer e identificarse con la mascota del cuadro tibseño. Se describe como un amante del baile, por eso se le facilita hacerlo dentro del traje. Eso sí, reconoce que es diferente a las demás porque la cola lo hace más pesado.
“No soy muy buen bailarín, pero me encanta, es mi pasión. Desde los 15 años comencé a bailar”, explicó.
A lo largo de la historia, tres personas le han dado vida al Monstruo: Marcos Alfaro, un joven que solo duró un partido y Víctor Barahona.
El Monstruo que duró una jornada. En la época en que el mexicano, Jorge Vergara, administró el club, uno de los cambios fue la mascota. En aquel momento se optó por un “monstruo” musculoso que no gustó a los aficionados.
De hecho, Barahona cuenta que apenas salió a la cancha recibió chiflidos de los presentes.
“El día que salí con ese traje porque no se le puede llamar Monstruo, no pude dormir porque fue una chiflada grande. Algunos aficionados ya se iban a pasar a la cancha. Tuve que irme para el camerino porque no se podía. La situación se puso terrible, entonces, me fui a guardar”, relató.