Reclusos con VIH Sida denuncian limitado acceso a preservativos
Los vínculos afectivos y sexuales entre privados de libertad no son ningún secreto y tampoco se limitan.
El año pasado, un equipo del canal español Antena 3, tuvo acceso total a dos centros penales de nuestro país para grabar un capítulo de la serie "Encarcelados".
En su visita, las relaciones entre reclusos llamaron su atención, pues incluso existen casos de mujeres “casadas” por medio de lo que llaman un pacto de sangre.
Los vínculos afectivos y sexuales entre privados de libertad no son ningún secreto y tampoco se limitan.
Así lo reconoce Dixiana Alfaro, jefa de Salud de Centros Penales, quien recuerda que “los hombres tienen sexo con hombres aunque no se declaren abiertamente homosexuales”.
Pero, ¿qué pasa con quienes conviven con el VIH Sida? María, como llamaremos a un ex privado de libertad, asegura que a las autoridades no les interesa prevenir la transmisión entregando condones.
En una denuncia presentada ante la defensoría de los habitantes, la asociación Bitransg alerta sobre esta situación. En especial porque los condones faltan.
Según Alfaro, luego de un estudio, varios reos que hacen trabajo sexual en las cárceles afirmaron necesitan unos 100 condones.
En el Ministerio de Justicia aseguran que hasta la fecha no tienen documentado ningún caso de contagio dentro de un centro penal, y las 91 personas que conviven con el VIH llegaron a la cárcel con esta condición.
Sin embargo, la prueba que se ofrece de forma gratuita cada seis meses, no es de gusto de todos.
“Como un 20% de las personas declinan, por miedo a las agujas, por ejemplo, pero en general las personas se hacen la prueba”, dijo Alfaro.
Álvaro Paniagua, de la Defensoría de los Habitantes, adversa las afirmaciones de Justicia, al sostener que muchos se han infectado del VIH en las cárceles.
El hacinamiento tampoco ayuda a que la situación tenga una salida a corto plazo. El tema de educación y prevención de los reclusos sobre el VIH Sida está en manos de organizaciones no gubernamentales.
Por ahora Bitransg confía en que la Defensoría de los Habitantes intervenga para que un virus no vuelva una condena en un infierno.