Por Greivin Moya |27 de enero de 2016, 9:26 AM

La municipalidad de Puntarenas sufre un verdadero caos financiero, según lo revela un informe de la Contraloría General de la República. 

Lo más sorprendente es que los servicios que presta son deficitarios y hay una morosidad en el pago de tributos de más de 5 mil millones de colones.

Viendo el potencial turístico, así como la actividad comercial que se desarrolla alrededor del turismo, la visitación y lo que generan los dos puertos en su jurisdicción se podría decir que esto es suficiente para llevar desarrollo al distrito primero y los otros 15 que componen el cantón de Puntarenas. Pero  esto no es así.

Detrás de la belleza escénica se esconde el desempleo y la pobreza pero peor aún el gobierno local no ha sido capaz de administrar bien los recursos.  

Es más de las 81 municipalidades del país se podría decir que Puntarenas tiene una  de las calificaciones más bajas en su gestión, las  evidencias y los números están  a la vista.
 
En un informe de auditoría del año pasado sobre las finanzas de la municipalidad de Puntarenas  retratan una imagen de caos.

Por ejemplo en los últimos años hubo déficit presupuestario. Esto quiere decir que gasta más  de los que recibe en impuestos y otros ingresos municipales. 

El más alto fue en el 2012  de 423 millones de colones. Para hacerle  frente al faltante utilizó fondos con destino específico sin ejecutar, es decir de un superávit  que mantenía en cuentas corrientes y en inversiones. Superávit compuesto de fondos  destinados para obras que no se  realizaron.  A diciembre del 2014 el monto del superávit era de  3,707 millones.

Por supuesto que la acumulación de recursos con fines específicos va en perjuicio del desarrollo de proyectos de inversión y obras de infraestructura, por ejemplo de 175 proyectos financiados  al menos 88 no se han ejecutado con el agravante que 52  acumulan más de 5 años sin ejecutar  con la consecuente pérdida del  poder adquisitivo. Y el dinero se va  para pagar servicios que son deficitarios.

Por ejemplo la obra más reciente construida por la municipalidad  es un anfiteatro llamado la concha acústica que se financió con los famosos fondos chinos donados hace más de cinco años, y hasta hace poco se concretó la obra  y quedó  sin  techo y malla perimetral  porque la plata no alcanzó.  

Los servicios de  recolección de basura, aseo de vías y sitios públicos, la administración del  cementerio y el mercado dejan perdidas y tienen que ser subvencionados con recursos  de otras fuentes  por un monto  de  536 millones  durante el  año 2014 . No en vano  los  vecinos y  dirigentes se quejan del problema de recolección de la basura  en el puerto.

Para colmo de males existe una monstruosa morosidad en los tributos municipales, para el año  2014 los adeudos de los ciudadanos equivalían a  5.950  millones de colones o sea  un  57% del monto puesto al cobro de ese año de 10.374 millones.  En los  últimos 11 años la morosidad   ronda en promedio un  54,16%.
  
Otro ejemplo de esto es el balneario municipal de Puntarenas recientemente acondicionado y reabierto en la punta, el concesionario  ya presenta una deuda millonaria por el canon de concesión otorgada por la municipalidad de  más de 25 millones de colones.

Y para rematar no hay  un sistema integrado  de registro y control de la información  financiera, o sea no hay una contabilidad confiable.

En suma, esto es un desorden  que se viene arrastrando desde hace  bastante tiempo por  la desidia, la dejación y la falta de voluntad de los dirigentes en hacer bien las cosas. Aunque  el presidente del Concejo municipal indica que el problema radica  en un divorcio entre el Concejo  municipal y el alcalde.

Pese a este escenario tétrico de caos, el alcalde afirma que ha administrado bien la municipalidad   tal y como se lo encomendaron los habitantes en la elección pasada.