Juan Santamaría necesita inversiones urgentes y voluntad política para sobrevivir
Aunque aún parece lejano, el aeropuerto del futuro y todas las obras que conlleva son una necesidad que debe atenderse con la mayor prontitud.
El aeropuerto Juan Santamaría puede contar buena parte de la historia de Costa Rica. Su pista ha vista aterrizar dignatarios extranjeros, nuestras primeras medallas olímpicas, el primer astronauta costarricense y los héroes de dos mundiales, los de Italia 90 y los de Brasil 2014.
A tumbos y saltos ha crecido, desde aquella terminal con balcón al aeropuerto moderno que es hoy, con diez mangas para recibir aviones y dos más en construcción.
Rafael Mencia, director ejecutivo de Aeris –empresa que administra la terminal-, afirma que “a vida útil del aeropuerto se puede extender 40 o 50 años más, dependiendo de las obras que se hagan y lógicamente eso tiene un costo económico”.
Sin embargo, informes y autoridades dan al Santamaría 10 años más de vida útil. Así lo reafirma Eduardo Montero, vicepresidente del Consejo Técnico de Aviación Civil.
Mientras que Ana Cristina Jenkins, ex viceministra de Transporte Aéreo, considera que el aeropuerto se ubica en un centro urbano y no tiene la cantidad de espacio para sus expansiones.
El Santamaría sufre de frecuentes problemas, uno de ellos es el clima, pues la neblina obliga a cerrar operaciones y recientemente el volcán Turrialba se convirtió en un nuevo inconveniente.
El aeropuerto Tobías Bolaños es otro de los problemas. “Hay dos aeropuertos muy cercanos, no es un reto insoluble, pero sí requiere un control y administración de sobre todo torre de control”, dijo Mencia.
Una de las mayores limitaciones del Santamaría es la dificultad para atender aviones como el Airbus 340-600 de Iberia.
“Son infinitas las veces que ese avión termina en Panamá, eso hace muy cara la operación; eso son una sola línea aérea”, apuntó Luis Carlos Araya, ex viceministro de Transporte Aéreo.
Parte del problema es la corta distancia que hay entre la calle de rodaje y la pista de despegue, que impide que dos aviones de cuerpo de año puedan transitar.
Con las dos nuevas mangas que se construyen se podrá atender dos aviones grandes, y según el plan maestro de Aeris en tres años habrá cinco posiciones más donde hoy está Coopesa.
Las nuevas instalaciones de la Cooperativa ya se construyen al lado sur de la pista, pero para darle acceso y cumplir con reglas internacionales se necesita una nueva calle de rodaje, para poder construirla se requiere finalizar muchas expropiaciones, entre ellas la del reconocido restaurante y mirador La Candela, también sería necesario ampliar la pista principal en al menos 500 metros.
Estos trabajos costosos permitirían un buen funcionamiento del Juan Santamaría por algunos años más.
Pese a todas estas consideraciones, el Ministro de Transportes, Carlos Segnini, garantiza una vida más extensa al Juan Santamaría.
“El aeropuerto puede estar para más años, porque todavía al Santamaría le quedan 15 años de vida”, afirmó.
Aunque aún parece lejano, el aeropuerto del futuro y todas las obras que conlleva son una necesidad que debe atenderse con la mayor prontitud.