27 de septiembre de 2013, 10:03 AM

Cuando Óscar Arias recibe la banda presidencial en 1986, había en el país 126.000 familias pobres. Cuando dejó el poder, cuatro años más tarde (1990), había 132.000 familias en estado de pobreza.

El gobierno de José María Figueres recibió en 1994 un país con 120.000 familias pobres, pero lo dejó con una cifra de 138.000.

El tercer gobierno liberacionista de la época lo vuelve a ejercer Arias en el 2006, quien recibe el país con 215.000 y lo deja con 274.000 familias pobres.

En los gobiernos liberaciones la pobreza solo ha crecido y crecido. ¿por qué?

¿Es Johnny Araya capaz de plantear una medicina nueva al mal de la pobreza?

El de Calderón Fournier es el único gobierno que logró bajar las cifras de pobreza de manera relativa, fijando en un fatal 20% del que no descendemos desde entonces.

En su Gobierno el número de familias pobres bajó de 132.000 a 120.000.

Los socialcristianos vuelven a gobernar ocho años con Miguel Ángel Rodríguez y Abel Pacheco. Rodríguez recibe un país donde el número de familias pobres había vuelto a crecer a 138.000. Luego del Gobierno de Pacheco, ese número había subido otra vez a 215.000 familias.

En otras palabras, el socialcristianismo tampoco hizo descender la pobreza, ¿por qué?

El candidato socialcristiano afirma que el problema no es sencillo y que requiere múltiples medidas, que incluyen una educación más acorde con las necesidades productivas de cada región. Asimismo propone eliminar gastos superfluos y dedicar ese dinero a fines sociales.

Dicen que los votos de los pobres son los más baratos. Mucha gente opina que las ayudas sociales son utilizadas muy a menudo con fines politiqueros a favor del clientelismo político. Así opina el candidato del Movimiento Libertario, Otto Guevara.

Guevara cree que los dineros dedicados a asistencia social deben ser entregados de manera directa a los usuarios, y que así serían mejor aprovechados.

Para el candidato del Frente Amplio, José María Villalta, no son las personas o las políticas sociales las que han fallado, sino el modelo económico excluyente, y es este el que debe ser modificado.

Villalta afirma que si se pagaran los salarios mínimos la pobreza se reduciría en un tercio. Por ello propone pagar mejores salarios, reformar el Ministerio de Trabajo para hacerlo funcional, proteger la economía pequeña y cooperativa por medio de banca de desarrollo y realizar una reforma tributaria.

El cambio no debe ser de Gobierno, sino de política económica nacional. Así lo expresa el candidato del PAC, Luis Guillermo Solís, quien ve en el modelo político y económico la causa de la pobreza.

El aspirante rojiamarillo propone incentivar la producción nacional y el mercado centroamericano, hacer una reforma educativa y dirigir el crédito a la producción con miras al mercado interno.

Ponga a tención a esto, porque quizá en otros cuatro años, con una pobreza igual o mayor, tendremos que volver a preguntarles sobre este mismo tema.