Por José Fernando Araya |10 de febrero de 2024, 8:59 AM

La final del campeonato de la NFL de 1967 tuvo de todo para ser considerado uno de los partidos más emblemáticos de todos los tiempos.

Hubo grandes nombres en la cancha, históricos entrenadores y un disputado partido, todo esto un 31 de diciembre de 1967, efectivamente, justo antes de terminar el año, una fecha muy peculiar para la disputa de un campeonato de la NFL o bien lo que hoy se conoce mundialmente como Super Bowl.

Pero lo más llamativo de todo fue el clima extremo, el clima ártico en el Lambeau Field en Green Bay, Wisconsin.

Este partido aún permanece en los registros oficiales de la NFL como el juego más frío de la historia y que pasó a ser conocido como el “Ice Bowl” con temperaturas a la hora de inicio de -25 grados centígrados y un factor del viento que llegó a registrar una sensación térmica de -44 C. ¡Increíble!

“The Frozen Tundra”: el origen.

Las fuertes temperaturas gélidas se comenzaron a sentir desde la noche anterior.

Según explica el sitio web de la NFL, muchos jugadores tuvieron problemas para llegar a tiempo al estadio, pues sus vehículos no pudieron arrancar por el frío y el linebacker, David Robinson, tuvo que pedir "ride" por la calle hasta que un conductor lo pudo llevar al estadio.

Durante el partido, el locutor de la CBS Frank Gifford dijo: “Lo siento, pero para tomarme mi café, voy a tener que morderlo”.

Fue tanto el frío, que los árbitros solo pudieron usar el silbato una sola vez en el partido en el kick-off, pues las bajas temperaturas hicieron que el pito se congelara en la boca del oficial Norman Schachter, provocándole una herida que no sangró al congelársele su sangre inmediatamente. Para el resto del partido optaron por gritar las jugadas.

Las bajas temperaturas provocaron que antes del encuentro se estropease el sistema de calefacción destinado al césped, lo que convirtió al terreno en una “superficie muy dura y resbaladiza”, según revela el sitio relevo.com.

Aunque también se especula que el sistema lo mandó a apagar el histórico técnico de Green Bay, Vince Lombardi, aunque esto nunca fue confirmado y quedó como leyenda urbana de la NFL.

De hecho, desde ese día el estadio de los Packers también se conoce como 'The Frozen Tundra'.

Pese a esto, en las gradas acudieron 50.000 personas que se calentaron tomando bebidas alcohólicas como whisky y vodka para mantenerse calientes.

Se esperaba que antes del partido y durante el medio tiempo, la banda de guerra de la Universidad de Wisconsin-La Crosse se encargara de poner ritmo entre los presentes; sin embargo, los instrumentos de viento hechos de madera se congelaron y las boquillas metálicas se pegaron a los miembros de la banda. Al final, siete miembros tuvieron que ser transportados al hospital por sufrir hipotermia.

Entre los rumores se dice que también un espectador llegó a morir por el frío, pero es un dato que ni la NFL ni las páginas de historia se atreven a confirmar.

Partidazo en lo frío.

Pese al terrible clima, el juego entre los Cowboys y Green Bay terminó siendo un juegazo y está considerado como uno de los mejores.

El partido lo comenzó dominando Green Bay con un cómodo 0-14, sin embargo, dos fumbles provocaron que se llegara al medio tiempo con un 10-14.

Conforme pasaba el tiempo, el clima empeoraba y las condiciones eran insufribles para algunos jugadores que incluso llegaron a presentar problemas en sus pulmones, incluso, el entrenador de los Cowboys, Jethro Pugh, tuvo que ser atendido un par de veces.

"Después de que te olvidas del frío que hace y de todas las otras cosas que pasan por tu mente, simplemente piensas que tienes que ir a jugar fútbol americano. No iban a cancelar el juego ni a suspenderlo, así que será mejor que entres, intentes jugar y tratar de ganar. Fue entonces cuando empezamos a jugar mejor”, explicó Cornell Green, en declaraciones a la web de la NFL.

Los Cowboys comenzaron a jugar mejor y lograron ponerse 14-17 a cinco minutos del final lo que provocó el silencio en el Lambeau Field.

A 16 segundos por jugar surgió la magia del quaterback de Packers, Barr Starr. Cuando todo el mundo esperaba que intentara un pase para asegurar el empate del juego y llevarlo a tiempos extra con un gol de campo, Starr tomó el balón y corrió para el touchdown.

Victoria 17-21 y tercer título consecutivo para Green Bay gracias a un Starr vestido de héroe en medio de un frío como nunca en la NFL.

El propio Starr sufrió secuelas tras el congelamiento, según reveló el sitio relevo.com, mientras que el quarterback de los Cowboys, Don Meredith, fue ingresado por neumonía una vez finalizado el partido.

“Habíamos luchado durante un año muy duro. Ganamos dos campeonatos consecutivos antes de eso y, al tener que pasar por condiciones tan brutales y ganarlo de esa manera, desde nuestra perspectiva, creemos que fue el mejor partido de todos los tiempos”, dijo Starr a la NFL.

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