Por Luis Jiménez |25 de noviembre de 2023, 7:45 AM

Henry Arguello Rojas, de 48 años, da hoy su testimonio sonriéndole a la vida gracias a una oportunidad que tuvo hace diez años para salir de la calle y de las drogas que lo llevaron a perder el control de su vida y seres queridos.

Él es una de las 18 personas graduadas esta semana tras superar un conflicto penal, luego de restaurar su vida en sociedad libre de adicciones a través del Programa de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial Restaurativa del Poder Judicial.

“Viví en las calles muy joven por consumo de sustancias, todo comenzó por pura fantasía, jovialidad, era tuanis y riquísimo disfrutar la fiesta, pero una vez que me metí en este flagelo perdí el control y fueron 17 años donde probé todo tipo de drogas y me quedé con una de las más destructivas: el crack.

“Comencé a hacer daños por la misma necesidad del consumo, de la vulnerabilidad y debilidad mía, tanto social como afectos propios. Delinquí en San José por la necesidad de consumir, no era tanto por el daño que le quería hacer a la sociedad, sino por la necesidad de que mi cuerpo pedía de la sustancia psicoactiva”, comentó Arguello.

Cuenta que vivió en un círculo vicioso donde tenía hambre, así que buscaba plata para comer, pero cuando la conseguía prefería comprar droga para consumir y cuando lo hacía volvía a tener hambre; otra vez buscaba dinero y al obtenerlo tampoco comía, sino que volvía a comprar droga y en minutos la consumía toda.

“El 5 de diciembre de 2013 me caí, me agarraron en una situación muy comprometedora y la policía con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) me llevaron a la Corte donde me dieron dos opciones: iba a parar a la cárcel o me insertaba en el programa de restauración, así que lo acepté.

“Hay personas como yo que tienen problemas graves y esta oportunidad me salvó la vida.  Yo entré al programa ese mismo mes de diciembre y logré graduarme. Fue un éxito muy grande, pero el trabajo de ahora en adelante es poderse sostener. Todos nuestros anhelos y proyectos están en este espacio libre de sustancias” manifestó Arguello.

Teletica.com le preguntó si luego de conocer el mundo de las drogas aceptaría que en el país se apruebe el uso recreativo de la marihuana y respondió lo siguiente:

“Es una suerte, porque yo conozco personas que pueden fumar marihuana, trabajar y son funcionales; en la noche se pegan su cigarrito y luego en la mañana siguiente van a trabajar y no tienen ese daño mental o debilidad, es claro que todas las personas somos diferentes, pero en mi caso reconozco mi vulnerabilidad ante todas las sustancias.

“No todos han dormido en un cartón como yo, o robar y hacer cosas deshonestas para adquirir sustancias, ni a todas las personas las dejó la mamá de chiquitos como a mí. Es algo de formación porque hay personas que pueden consumir y no pasa nada, pero hay otras que no lo podemos hacer y ahí es donde está la capitación que debería de tener la sociedad antes de aprobar el consumo de marihuana porque la verdad es jugársela”, manifestó Arguello.

Henry Arguello fue entregado a su abuela a los ocho meses de nacido, cuando terminó la escuela (a los 13 años) probó por primera vez una droga (licor) y fue vino de mora, luego pasó a la marihuana, siguió con la cocaína y terminó hundido con el crack.

Datos PTDJR
Henry Arguello trabajando.

Se casó, tuvo una familia y trabajó, pero su adicción lo llevó hasta no comprar regalos ni comida en Navidad y fin de año por estar pensando y consumiendo drogas.

“Logré sacar cursos por medio del programa a través de diferentes ONG, ahora trabajo en una empresa donde realizamos labores de jardinería, pintamos, hacemos remodelaciones y hasta tenemos casas donde ayudamos a personas en situación vulnerable. También tenemos un proyecto en Parrita donde sembramos cítricos y ahí llevamos personas a trabajar para que se ganen el sustento”, dijo Arguello.

Para Henry, lo más importante es creer en uno mismo, en que las personas que les tienden la mano es realmente para ayudarlos, porque el tema de la adicción o dependencia de sustancias es tan grave que muchos que están en recuperación creen quienes les brindan una mano amiga le está haciendo mal, y él se dio cuenta de que quien se acerca a ayudar lo hace desinteresadamente y con la mejor de las intenciones.

“Esta entrevista la veo como un regalo de Dios en estos 10 años que llevo libre de todo tipo de sustancias. Quiero agradecer a todo el equipo de Justicia Restaurativa, al Iafa y a la Fundación Lloverá Comida; cuando comencé mi proceso ellos me ayudaron mucho y una vez que salí me abrazaron para salir adelante con mis proyectos”, agregó Arguello.

El Programa de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial Restaurativa del Poder Judicial brinda una alternativa restaurativa a las personas cuyo consumo problemático de droga las lleva a enfrentar un proceso penal. Al someterse voluntariamente al programa, superan su consumo problemático de drogas y el conflicto penal, con la dirección de los equipos interdisciplinarios restaurativos del Poder Judicial y los equipos clínicos del Iafa.

Según el Poder Judicial, a 10 años de su aplicación, se registra un alto nivel de cumplimiento, un 87% en salidas alternativas y un 97% en penas alternativas dentro del Programa de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial Restaurativa. 

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