"Pica la garganta y los ojos se enchilan", dicen vecinos afectados por ceniza del Poás
En comunidades cercanas reportan dolores de cabeza, náuseas y alergias debido al polvo volcánico y el fuerte olor a azufre.
Habitantes de comunidades cercanas al Volcán Poás aseguran que la caída de ceniza y el fuerte olor a azufre provocan "picazón en la garganta y que los ojos se enchilen".
Esos son algunos de los síntomas que se han reportado con más intensidad durante los últimos días.
Los vecinos de zonas como Poás y Grecia, en Alajuela, también aseguran sufrir náuseas, dolores de cabeza y alergias constantes (ver información completa en el video adjunto de Telenoticias).
"Ya tenemos varios días de estar así, pero ahora ha estado más fuerte el olor, sobre todo en las mañanas y en las noches. A los que padecen de asma les da tos y les arde la nariz", explicó Margarita Álvarez, residente de la zona.
"Uno siente como que le pica la garganta, los ojos también como que se enchilan un poquito. El olor sí persiste casi todos los días", agregó Flor Ávila, quien también es vecina de Poás.
Tanto la presencia de ceniza en el ambiente como el olor a azufre tienen que ver con el proceso de desgasificación que vive el volcán, situación que también ocurrió en la Semana Santa de 2019, aunque más leve.
"El volcán mismo no ha cambiado realmente de comportamiento, pero lo que se ve es una manifestación nueva de emisiones de ceniza, es decir, roca pulverizada. Lo que hemos visto la semana pasada, es lo que vimos en 2019: primero, el nivel del lago disminuyó hasta desaparecer y cuando se secó totalmente la salida de gas, se empezó a fragmentar la ropa y emitir ceniza, lo que ocurrió el Viernes Santo.
"No es una sorpresa, se está siguiendo el mismo patrón. Las zonas que antes eran sólo afectadas por el gas, ahora son afectadas por este gas y un polvo volcánico, que es ceniza", explicó Geoffroy Avard, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori).
La recomendación de los expertos es la ventilación: que al menos durante el día se mantengan las ventanas y las puertas abiertas para evitar que se acumule la ceniza y el olor dentro de los hogares.