Mientras se recuperaba de amputación, mujer perdió su casa por aguacero en Sarapiquí

El año pasado, doña Carmen Delgado sufrió un accidente que provocó una herida en su pierna. Por esa herida ingresó una bacteria y los médicos no tuvieron más remedio que amputar.

"Esto fue algo muy duro para mí. Lo asumió mi hija, la mayor, ella fue la que hizo todos los trámites para que a mí me amputaran. Para mí fue algo muy duro aceptar que me amputaran el piecito", contó la adulta mayor", contó.

El proceso ha sido duro. Su vida cambió radicalmente.

"A como pude, con la andadera, hasta dejarla y después, a lo último, di mis primeros pasitos, porque también le pedíamos a Dios. Mi nieto siempre le pedía a Dios en la iglesia porque quería verme caminando. Cuando di mis primeros pasitos yo lo llamé a él y le dije: 'venga papi, para darle una buena noticia", añadió.

Justo cuando se estaba recuperando de la cirugía, los fuertes aguaceros y el viento se trajeron al suelo su humilde vivienda. Lo perdió todo y el dolor fue aún mayor.

"La maderilla que le habíamos puesto era mala. Entonces se pudrió y se cayó el techo. Por eso tuve que hacer el abandono ahí, porque me podía caer un palo y me podía matar o pegar en la cabeza. Extraño mi casita. Yo digo que yo aprendía muchas cosas ahí. Yo aquí he tenido muchos procesos: caídas, golpes, pero aun así he venido aprendiendo", relató.

​Con apoyo de una de sus hijas y nietos logró instalarse en una pollera que no tiene servicio sanitario, ni área para bañarse.

Es un espacio abierto donde las condiciones del tiempo y los zancudos hacen de las suyas.

Elizabeth, la hija mayor, es la que vela por su mamá.

No tiene mucho que ofrecerle, pues vive de una pensión y cuida de sus cuatro hijos. Lo que hace es rendir los alimentos.

"Nosotros el diario lo intentamos comprar para el mes. Pero no todo alcanza. Pero yo muy agradecida con mis hijos, porque son muy colaboradores. Lo que hacemos es que, si se nos gastó el arroz, lo cambiamos por plátanos o una yuca o algo así, para ajustar al mes que ya tenemos dinerito", explicó Valverde.

"Hacemos pan, tamal asado... hay veces en las que hacemos una rifa rapidito, que son entradas de dinero para poder ir a las citas, o que ocupo para un desayuno, porque a veces, depende de la ambulancia, no puedo llevar nada. Entonces a veces tengo que irme en ayunas y hay que llevar un cinquito para un cafecito o para el desayuno", agregó.

Los cuatro nietos de doña Carmen han sido su gran apoyo, consuelo y motor para salir adelante.

Distribuyen su tiempo entre los estudios y compartir con su abuelita.

Para poder ir a las citas y controles periódicos, ellas se ayudan con la venta de pan.

​Los niños también han aprendido a ingeniárselas para rendir el dinero.

Esta vecina de Sarapiquí necesita de su ayuda para mejorar sus condiciones y contar con los servicios básicos, baño y servicio. Su mayor sueño es tener una casa propia.

"He pedido a Dios algún día tener algo no tan bonito, pero por lo menos donde no se moje uno y pasarla feliz el tiempo que Dios le permita a uno, porque siempre hemos dicho, y tenemos ese sentir, de que no somos eternos. Pero sí ser feliz uno en algo humilde, pero estable, no como en lo que tengo yo ahorita, que ya no se puede estar", dijo la adulta mayor.

Para esta madre y abuela es imposible tener vivienda propia, pero con su ayuda será posible lograrlo. Por eso lo motivamos y apelamos a su generoso corazón, sabemos que juntos podremos alcanzar la meta.

Esta historia fue dada a conocer por Telenoticias el 25 de setiembre pasado, pero los esfuerzos por hacer cumplir este sueño se doblegarán este fin de año. Si quiere donar, a continuación le detallamos cómo puede hacerlo:

Cuentas en BAC Credomatic​ 

• Cuenta corriente en colones: 800800807.
• Cuenta IBAN: CR17010200008008008070 (nombre: Asoc. Club de Leones de San Sebastián).
• Cuenta corriente en dólares: 800800815.
• Cuenta IBAN: CR07010200008008008153 (nombre: Asoc. Club de Leones de San Sebastián).
• Cédula jurídica: 3-002-045681.
  

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