Por Yahaira Piña |25 de septiembre de 2023, 8:39 AM

Los fuertes vientos y la lluvia acabaron con la humilde casa de una vecina de Sarapiquí que apenas se recupera de la amputación de su pierna derecha.

Fue el año pasado que Carmen Delgado sufrió un accidente que le provocó una herida por la que ingresó una bacteria. Aquella infección derivó en la desarticulación del miembro.

"Esto fue algo muy duro para mí. Lo tomó mi hija, la mayor, ella fue la que hizo todos los trámites para que a mí me amputaran el piecito. Para mí fue algo muy duro aceptar que me amputaran el piecito", contó la adulta mayor.

Mientras se recuperaba de la cirugía, los fuertes aguaceros y las ráfagas de aire se trajeron al suelo su vivienda.

"La maderilla que le habíamos puesto era mala. Entonces se pudrió y se cayó el techo. Por eso tuve que hacer el abandono ahí, porque me podía caer un palo y me podía matar o pegar en la cabeza. Extraño mi casita ahí. Yo digo que yo aprendía muchas cosas ahí. Yo aquí he tenido muchos procesos: caídas, golpes, pero aun así he venido aprendiendo", relató.

Con el apoyo de Elizabeth Valverde, su hija mayor, Delgado logró instalarse en una pollera que no tiene servicio sanitario ni baño. Se trata de un espacio abierto donde las condiciones del tiempo y los zancudos hacen de las suyas.

Es esa descendiente quien vela por la ciudadana de oro. Sin embargo, ella vive de una pensión, con la que debe cuidar y dar sustento a sus cuatro hijos.

"Nosotros el diario lo intentamos comprar para el mes. Pero no todo alcanza. Pero yo muy agradecida con mis hijos, porque son muy colaboradores. Lo que hacemos es que si se nos gastó el arroz lo cambiamos por plátanos o una yuca o algo así, para ajustar al mes que ya tenemos dinerito", explicó Valverde.

Para poder asistir a las citas y controles periódicos de doña Carmen, ellas se ayudan con la venta de pan.

"Hacemos pan, tamal asado... hay veces en las que hacemos una rifa rapidito, que son entradas de dinero para poder ir a las citas, o que ocupo para un desayuno, porque a veces, depende de la ambulancia, no puedo llevar nada. Entonces a veces tengo que irme en ayunas y hay que llevar un cinquito para un cafecito o para el desayuno", comentó Delgado.

Tras conocer de este caso, el Club de Leones de San Sebastián habilitó sus canales para recibir donaciones, para cambiar la realidad de esta vecina de Sarapiquí.

"He pedido a Dios algún día tener algo no tan bonito, pero por lo menos donde no se moje uno y pasarla feliz el tiempo que Dios le permita a uno, porque siempre hemos dicho y tenemos ese sentir de que no somos eternos. Pero sí ser feliz uno en algo humilde, pero estable, no como en lo que tengo yo ahorita, que ya no se puede estar", mencionó la adulta mayor.

Usted puede colaborar por medio del Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (SINPE) Móvil, al número 8322-6111.

También puede hacer su aporte mediante transferencias bancarias a las cuentas del BAC Credomatic 800-800-807 (colones) u 800-800-815 (dólares).

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