Por Gabriel Pacheco |24 de noviembre de 2024, 8:00 AM

Tan solo 10 mililitros de sangre son suficientes para tener un diagnóstico de cáncer o saber si la enfermedad está respondiendo al tratamiento. Una innovadora prueba implementada por el Centro de Investigación en Cáncer y Cirugía de la Universidad de Costa Rica (Cicica-UCR) lo hace posible. 

Se trata de la “biopsia líquida”, una prueba que, según la entidad, es la primera vez en la historia que se hace por completo en el país, dado que hasta ahora no existía la tecnología en Costa Rica.

"​En este caso, la biopsia líquida está enfocada en tumores sólidos —masas de tejido—, y la verdad es que estamos muy contentos. En el Cicica-UCR tardamos cinco años en traer esta tecnología al país", explicó el doctor Ricardo Chinchilla, investigador de la institución. 

El procedimiento funciona así: cuando una persona presenta un cáncer, los tumores tienden a liberar su ADN en la sangre del individuo. A esto se le conoce como ADN circulante, porque es un ADN tumoral muy específico que circula en el torrente sanguíneo del paciente.

La biopsia líquida lo que hace es tomar ese ADN circulante y analizar las variaciones genéticas —y de otros marcadores— que ayuden a entender la progresión de la enfermedad. 

A diferencia de una biopsia convencional, esta no requiere cirugía ni intervenciones significativas en el paciente.

“Por ejemplo, en el cáncer de pulmón, este órgano es de difícil acceso. Además, el tamaño de la biopsia es muy pequeño y esto complica mucho hacer el análisis. De igual forma, el tomar una biopsia a repetición puede traer complicaciones. Por ende, se utiliza la biopsia líquida para facilitar el estudio del tumor sin intervenir constantemente al paciente ni generarle más dolor”, profundizó el doctor Chinchilla.

Respecto al precio de la prueba, el Cicica-UCR explica que cuesta $1.300 dólares. En los laboratorios privados esta ronda entre $3.500 y $5.000. Además, los tiempos de espera bajan. 

Dado que el proceso se hace por completo en suelo nacional, el resultado tarda entre uno y dos meses, incluso menos si la urgencia del paciente lo requiere. En el sector privado la espera puede prolongarse hasta cuatro meses. 

Detectar, monitorear y prevenir: las claves de la prueba

A través del ADN tumoral, los especialistas pueden saber si los pacientes están respondiendo bien al tratamiento o más bien si las células están resistiendo y el cáncer no cede terreno.

Esta información es clave para replantear la estrategia médica de combate a tiempo y personalizar los tratamientos a las necesidades del paciente.

Además, una vez que la persona venció la enfermedad, esta biopsia detecta rastros mínimos de la enfermedad en la sangre, lo que permite diagnosticar una recaída desde etapas muy tempranas, favoreciendo una pronta intervención.

“Se ha visto que si tenemos información temprana de que el paciente va a recaer, los médicos pueden desplegar una nueva estrategia de tratamiento para evitar esa recaída y mejorar la sobrevida de la persona. Esto es muy importante. Los pacientes que presentan recaídas tienden a afrontar un peor pronóstico y evitarlas, en la medida de lo posible, es lo mejor”, finalizó Chinchilla.

Para más información del procedimiento, puede llamar al  2511-3322 o enviar un correo a [email protected].

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