Por Luis Jiménez |3 de diciembre de 2023, 8:00 AM

Erenia Cerdas es una mujer de 38 años que vivió una parte de su vida en las calles consumiendo drogas, especialmente crack, sin embargo, cuenta que su historia cambió cuando fue detenida metiendo droga en la cárcel de Cartago.

Ella es parte del Programa de Tratamiento de Drogas bajo Supervisión Judicial Restaurativa del Poder Judicial, el cual tiene como objetivo atender a personas, a quienes un consumo problemático de drogas las llevó a tener un conflicto con la ley penal.

“Yo soy exadicta, consumidora de crack, habitante de calle y llegué al programa por el delito de introducción de drogas a centro penal; llena de mucho dolor y de mucho arrepentimiento de lo que hice me dan el beneficio para poder ser parte de Justicia Restaurativa.

“Cuando era indigente me buscaron para introducir droga al centro penal de Cocorí de Cartago por medio de una madera. La madera y las pinturas se usan en los centros penales para hacer artesanía, pero en ese momento yo fui el transporte para que nada más llegara a la cárcel”, contó Cerdas.

Cerdas, quien ya había estado detenida por otra causa en el pasado, asegura que cuando iba ingresando a la cárcel se topó con un letrero que decía que introducir droga a un centro penal era castigado con cárcel con una pena de ocho a 25 años.

“Cuando entré (a la cárcel) nos quitaron lo que llevábamos y pusieron todo encima de una mesa, la oficial a cargo de la requisa introdujo una varilla dentro de la madera que llevaba y se desfondó; estaba hueca, luego la despedazaron y sacaron varias bolsas con marihuana.

“A partir de ahí pensé que iba a empezar lo peor de mi vida porque anteriormente tuve problemas legales como desacato a la autoridad y eso me llevó a estar privada de libertad durante tres meses en la cárcel de mujeres”, manifestó Cerdas.

Cuando Erenia vio toda la droga que salió dentro de la madera pensó que ya nadie la iba a sacar de ese problema, sin embargo, la dejaron en libertad el mismo día y a pesar de creer en ese momento que Dios tenía algo bueno para su vida, no le interesó y siguió en la indigencia consumiendo drogas.

“Me dijeron que no podía salir del país y que tenía que presentarme a las audiencias en los tribunales de Cartago; yo le decía a mi mamá que de esta no salía y como ya había estado en la cárcel no quería volver porque un día ahí son como siete.

“El estar privada de libertad tiene mucho peso en la vida, ahí es donde se valora la llamada de una mamá y realmente uno se da cuenta de que en la calle no se tienen amigos. Mi cambio ha sido radical, volví a la vida y a nacer", expresó Cerdas.

También recuerda que cuando estaba en la adicción le pedía a Dios que hiciera algo para restaurar su vida y el proceso de Justicia Restaurativa llegó en el mejor momento y fue la ayuda que necesitaba para salir adelante.

Esta mujer quien asegura que ahora es una persona de bien, perdió a sus tres hijos, sin embargo, ya recuperó al menor quien tiene 17 años y desde hace tres meses vive con ella.

Erenia vive actualmente con su mamá, ya pasó octavo año del colegio; está estudiando auxiliar administrativo empresarial agropecuario en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) y trabaja limpiando casas.

“La recuperación sí es posible porque yo salí hace dos años de las calles, pero sola no pude, hubo un poder superior y tuve que adaptarme a las leyes. Si yo pude cambiar mi vida, muchos que están en las calles también pueden hacerlo”, agregó Cerdas.

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