Por Gabriel Pacheco |1 de septiembre de 2024, 8:32 AM

El reloj de la Catedral de Nuestra Señora del Carmen marcaba la una de la mañana, su campana retumbaba entre los edificios cercanos. En cualquier otro domingo, su sonido perturbaría un silencio profundo, pero hoy no. 

Tac-tac-tac... Los martillazos de quienes preparan los moldes para cada una de las alfombras hace un rato que retumban. Se escuchan a 400 metros. 

Hoy, pasadas las 10:00 a. m. los cartagineses acompañarán a la Virgen de lo Ángeles en su camino a la Basílica en la tradicional "pasada", pero desde las 11:00 p. m. muchos de sus fieles devotos ya decoran las calles. 

Unos 16 grupos adornan parte del recorrido. Usan aserrín teñido, burucha de madera y cientos de kilos de flores. Son tantos que su olor se impregna profundamente en el olfato de quienes cruzan la calle, ya sea porque van para su trabajo, van llegando a colaborar con la decoración o son simples curiosos del arte. 

Pasada de la Virgen
Las calles del centro de Cartago están cerradas desde la media noche​.

"Ya a esta hora uno se va espabilando... el sueño se le quita a uno" dice entre risas una mujer que está acomodando el aserrín para formar un corazón.

Muchos apenas han dormido. 

"Nosotros salimos ayer como a las once de Orosi, yo he dormido como una hora o así. Ya a las doce estábamos trabajando", dice Liliana Brenes. Ella y su grupo participan por primera vez de la decoración, aunque llevan más de 7 años de hacer alfombras en su comunidad: Orosi, distrito de Paraíso. 

"Hoy somos más de 30 y faltó gente, hace unos años éramos un grupito de 5 o 10 personas", comenta Fanny Ramírez. Liliana y ella están juntas repartiendo el aserrín para dar los toques finales. Su labor ya está cumplida y el cielo sigue oscuro. 

Pasada de la Virgen
Alfombras incluyen mosaicos e ilustraciones en cada esquina.

"Desde hace como dos meses empezamos a teñir el aserrín. El tinte lo traemos de Guatemala, se llama Añilina", explican ambas. 

"Una señora con la que yo trabajaba me lo mostró, ella lo trajo de allá, yo se lo mostré a los compañeros y desde entonces siempre lo traen de afuera. Es que vea los colores -mientras señala orgullosa su alfombra- se ven super vivos", explica orgullosa Fanny. 

"Es una gran trabajada. Todo esto empieza con los moldes. Casi siempre los hacemos con cartón para ayudar el ambiente, usted sabe, porque se puede reciclar. Pero este año son de madera, para que nos queden" comenta brevemente Adrián, a quien Fanny y Liliana llaman el arquitecto de las alfombras. Él está en carreras, el reloj va a dar las seis y tiene que irse a trabajar. 

Pasada de la Virgen
Fanny (Gorra negra) y Liliana recogen las bolsas tras el trabajo.

Adrián y tantos otros devotos no verán la carroza de la Virgen pasar por su alfombra, el deber los llama, pero la satisfacción queda. 

"Aquí tenemos pancito y cafecito, para calentarnos" comentan las dos vecinas de Orosi que ya están recogiendo lo que queda para irse, el cielo está claro. La labor cumplida. 

La escena se repite a lo largo de la calle. A unos 500 metros, doña María Luisa alista el plato de pinto, con un pedacito de queque y unos cuantos bizcochos. Ella viene de Tierra Blanca.

"Alistamos para 75 personas y no quedó nada. Viene mucha gente, por eso terminamos tan rápido" cuanta mientras sirve las últimas cucharadas. Su grupo de trabajo llegó pasadas las 4:00 a. m. y en solo tres horas tenían la alfombra lista. 

Pasada de la Virgen
Cada grupo organiza sus "puestos de asistencia" para sobrellevar la jornada. ​

¿Madrugar un domingo? ¿Pasar frío durante la noche? ¿Pasar jalando sacos, palas, garrafones de agua? Eso no es problema para todos los que año a año se reúnen para perfumar con delicadas flores y vestir con coloridos aserrines las calles de la vieja metrópoli. . 

El cielo está claro, encapotado y amenaza con un "pelo de gato". Son casi las siete de la mañana. Curiosos caminan por las alfombras y las fotografían. Todo está listo.

Un año más, Cartago vivirá su "pasada".

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