Costa Rica exporta pianistas de la más alta calidad de forma continua
Antes de llegar a Moscú o Nueva York, aprenden un mar de conocimientos en una casa en San Francisco de Dos Ríos, donde nace la magia.
Muchos pianistas costarricenses brillan con luz propia en los principales teatros del mundo.
Pero antes de llegar, por ejemplo, a Moscú o Nueva York, aprenden un mar de conocimientos en una casa en San Francisco de Dos Ríos, donde nace la magia.
Hace 25 años, una pareja de rusos llegó a revolucionar el piano en Costa Rica. Don Alexander y su esposa, doña Tamara, llegaron a nuestro país para dejar huella. En 1996 nace la cuna de pianistas de nuestro país, el Instituto Superior de las Artes.
Es tal la calidad de los músicos que se forman aquí, que todos los años tienen conciertos en el prestigioso Carnegie Hall, de Nueva York.
El talento se pule, nos cuenta don Alexander, haciendo de la música una forma de vivir, una pasión, o como él lo mismo lo dice, una religión.
El exministro de cultura, fallecido en este diciembre, Guido Sáenz, fue un pilar para el éxito del instituto.