Arqueólogos ticos investigan restos óseos humanos que datan a 500 a.C.
Los huesos, encontrados en un manglar frente a la Isla Venado (Nicoya), corresponden a al menos 30 personas, y el yacimiento es considerado como el cementerio más antiguo encontrado en el país.
Felipe Solís, arqueólogo del Museo Nacional, está a cargo de la investigación de restos óseos humanos con más de 2.500 años de antigüedad que fueron hallados en las costas de Nicoya, específicamente frente a la Isla Venado.
Desde la década de 1990, el Museo Nacional tiene conocimiento de este hallazgo, cuando se recibió un paquete de restos óseos humanos que habían sido denunciados y encontrados en el área.
Los análisis realizados por el Dr. Ricardo Vázquez sobre la muestra de los años 90 revelaron datos interesantes: se encontraron 16 paquetes de huesos, que corresponden a al menos 30 personas.
En algunos de estos paquetes se hallaron huesos de más de una persona. Se determinó que la altura promedio de los individuos era de 161,5 cm para los hombres y 151,5 cm para las mujeres. Además, se identificaron diferentes grupos de edad en la muestra, desde niños hasta adultos.
El cementerio arqueológico estaba ubicado dentro de un manglar, pero debido al hundimiento del golfo de Nicoya, ha quedado más expuesto al área de mareas, hecho que propició el descubrimiento.
"En los 90 fueron a excavar y encontraron unos 16 paquetes, en su momento encontraron un metate y un colgante de jade. Algunos instrumentos de madera y un colgante compuesto de pequeños palitos de madera. Se hicieron análisis de los hallazgos y se determinó que eran de 500 años antes de Cristo, lo que lo convertía en el registro de cementerio más antiguo que tenemos en el país", dijo el arqueólogo a Teletica.com.
El arqueólogo señala que los restos se encontraban en paquetes, hecho que corresponde a una práctica funeraria antigua. Los tejidos blandos de los fallecidos se descomponían en otro lugar, y una vez que los huesos quedaban limpios, se realizaba un enterramiento formal en forma de paquetes envueltos en fibras vegetales.
El ambiente anaeróbico del manglar permitió la preservación de los restos, ya que las bacterias y otros organismos no los consumieron en su totalidad.
En marzo anterior, debido a condiciones específicas de marea baja y fuertes vientos, algunos de los entierros salieron a la superficie, hecho que fue reportado por los locales para que el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) recuperara gran parte de los huesos.
Actualmente, los restos se encuentran en un proceso de secamiento controlado en cámaras especiales, supervisado por especialistas en conservación.
"Los huesos llevan más de 22 días en las cámaras y van a estar un mes más. Se van secando bastante bien, no hay fisuras ni hongos", agregó el experto.
Aunque aún no se ha determinado su destino final, la conservación y la investigación en torno a este yacimiento encabezan las prioridades de los expertos, pues podrían proporcionar información sobre las civilizaciones precolombinas que habitaron el territorio nacional.
Los arqueólogos estudiarán los huesos para obtener información valiosa sobre la edad, la talla y la proporción de los hombres y las mujeres en la muestra.
Además, está prevista una visita al lugar en octubre para seguir explorando y resaltando la importancia de la comunidad local en la preservación de este invaluable patrimonio arqueológico.
Ante cualquier hallazgo arqueológico, se recomienda a los ciudadanos informar al número 2291-3468 para tomar las medidas necesarias. Es fundamental no tocar ni mover los restos arqueológicos, ya que cualquier alteración puede ocasionar la pérdida de valiosa información.