"Ahora no soñamos con ser madres": la realidad que toma fuerza entre mujeres en Costa Rica
Dos mujeres, de 35 y 37 años, relatan cómo fue el camino hasta tomar esta decisión.
Daisy Rodríguez, de 35 años, y Sylvia Rodríguez, de 37, son dos mujeres que representan una realidad cada vez más presente en Costa Rica: el deseo de muchas de no convertirse en madres.
Las razones son básicamente las mismas: experiencias traumáticas de otras mujeres cercanas, la preocupación de traer a un hijo a un mundo cada vez más complicado y todo el cambio de vida que esto amerita.
A continuación, abordaremos sus casos por separado, logrando capturar la esencia de este pensamiento.
Unirse para siempre con un hombre operado
Esta vecina de Coronado supo que no quería ser mamá hace una década. Poco antes había iniciado una relación con quien hoy todavía es su pareja.
En este camino ambos tomaron la decisión de pasar el resto de su vida juntos y de no ser padres, por lo que su novio se realizó la vasectomía.
Una de las razones fue la experiencia de maternidad de sus hermanas.
"Las razones cada día son más, pero básicamente fue por mis hermanas y el verlas ser madres, yo comparaba esa maternidad con la de mi mamá, y sí, había muchas cosas que no me gustaron. Cuando yo crecía mi mamá se quedaba en casa y nos cuidaba ella y ya, éramos cuatro niñas, y fue maravilloso. Fue una infancia donde podíamos salir a la calle y jugar con tranquilidad, la vida de mi mamá éramos nosotros, nuestra familia, ese era su sueño, ser madre y esposa, y está bien, se le puede entender, la mayoría de mamás eran así en esa época.
Pero ahora las mujeres ahora no soñamos solo con eso, no deberíamos realmente, porque deberíamos querer cultivarnos, yo soy de las que quiere muchas cosas para sí misma, y tener un hijo dificultaría mucho eso", contó en una entrevista con Teletica.com.
Por mencionar algunos puntos más, está la gran cantidad de dinero que requiere traer un niño al mundo, los múltiples peligros a los que se ven expuestos y la limitación que tiene en el crecimiento propio.
"Los hijos limitan mucho también profesionalmente porque simplemente hay oportunidades que no se pueden aprovechar por esos niños. Yo terminé recientemente un Diplomado en Enseñanza del Español como Lengua Extranjera y estoy abierta a la posibilidad de ir a trabajar a otros países, me encantaría una vida viajando, pero con un hijo no sería demasiado posible", aseguró.
Al ser maestra ha sido testigo en primera línea de la mala crianza que muchos padres han fomentado en sus familias. El mal uso de la tecnología y el respeto hacia los demás.
Aún no se ha operado, pero está en su lista de pendientes.
Esta decisión ha traído mucha paz, pero también ha sido juzgada múltiples veces.
"Lo más común es cuando la gente dice que uno es egoísta por pensar primero en uno mismo, y querer vivir la vida y construirse, cuando en realidad es más egoísta tener hijos solo porque "Quién nos va a cuidar de viejos"", dijo.
Asegura que quisiera vivir en una sociedad en donde sí le naciera tener hijos.
"Me operé con 32 años y hasta mi propia familia me juzgó"
Sylvia Rodríguez se operó para no tener hijos cuando tenía 32 años. Ejemplos de familiares y traumas de la infancia le hicieron ver que no se sentía preparada ni quería ser mamá.
Contó a Teletica.com que cuando era una niña tuvo muchos problemas con su hermana 16 años mayor mientras estaba embarazada.
"Mi hermana tuvo como una sicosis un poco rara porque la agarró contra mí: la hermanita menor. Fue tal el punto que yo ahora le tengo fobia a las embarazadas. Yo un embarazo no lo veo nada bonito", dijo.
Además, siempre ha tenido problemas de salud como sobrepeso, presión alta, azúcar, asma, entre otros, por lo que los médicos siempre apoyaron la idea de que no tuviera hijos.
"Me dijeron que era como una bomba de tiempo y que no era recomendable que tuviera hijos porque eso me iba a traer mayores complicaciones", indicó.
Hace una década casó con un hombre que tampoco quería ser padre.
En 2018, en una de tantas citas de control en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), le pidió a la doctora una referencia para someterse a la salpingectomía y en menos de un año ya estaba operada.
Así como Daisy, le preguntamos si había sido juzgada por tomar esta decisión, a lo que nos contestó:
"¡Uy sí! Ha sido muy difícil la verdad. Cuando los hombres deciden operarse las personas le aplauden por responsable, pero si es una mujer dicen que es una barbaridad, que es una egoísta. Yo he tenido que lidiar con todos esos comentarios, comenzando hasta con mi propia familia".
Ambas mujeres coinciden en que ser mujer y decidir no ser madre es una opción que no debe ser cuestionada.