Este médico conoció el túnel de la muerte y asegura que visitó “el cielo”
El año pasado, Douglas Calvo vivió una de las pruebas más difíciles de su vida cuando tuvo un aneurisma cerebral y, durante una de las tres cirugías que le hicieron, sufrió dos infartos.
El 16 de junio de 2021 era, para el doctor Douglas Calvo Salazar, un día como cualquier otro. Jamás se imaginó que esa sería la fecha que recordaría indiscutiblemente como el día en el que sufrió un severo aneurisma cerebral que cambió su vida para siempre.
Recuerda que ese día cayó en miércoles y que, para la tarde, ya se encontraba internado en el Hospital México. Los médicos tuvieron que intervenir su cabeza en tres ocasiones y, durante la última cirugía, Calvo sufrió dos infartos.
Los médicos que lo atendían estuvieron a pocos segundos de declararlo como muerto y enviarlo a la morgue, pero, tras un breve momento de angustia, el corazón de Calvo volvió a palpitar. Sorprendidos, los doctores veían cómo su paciente regresaba a la vida.
Lo que los médicos que lo atendían no sabían en aquellos angustiosos segundos es que, mientras ellos batallaban por salvarle la vida, Calvo experimentaba un viaje al más allá.
En el video adjunto, este alajuelense de 63 años relata cómo empezó a ver una luz intensa que acaparaba todo su plano visual. Seguidamente, notó que su cuerpo era más liviano y que empezaba a viajar a través de un túnel a gran velocidad cuyo destino era el cielo. Allí, recuerda nítidamente encontrarse con una figura que describe como “el Padre Celestial”.
Tras recuperarse de su peligrosa aproximación con la muerte, Calvo se enteró de que había sido el único paciente en la sala que había sobrevivido. Los demás internos fallecieron.
El doctor Calvo tiene 40 años de ejercer como médico y cirujano en la provincia de Alajuela. Para él, su vida es un milagro, no tiene ninguna otra explicación. Se considera, sin lugar a dudas, como un sobreviviente.
Después de su experiencia con el más allá, su recuperación fue bastante rápida y notoria. Todos esperaban que quedara postrado en una silla de ruedas después del aneurisma y de los infartos, pero la movilidad de su cuerpo volvió fácilmente, con la ayuda de varias terapias y ejercicios. Reconoce que al principio le costaba hablar, pero que poco a poco fue recuperando su vocalización y verbalización.
Este padre de tres hijos recibió su mejor regalo: una vida para seguir disfrutando de lo que más ama, que son su familia y su profesión. Pero Douglas Calvo no solo se limita a vivir para contar su historia inaudita; si hay algo que tiene claro es que hoy vive para seguir cumpliendo su propósito y su misión de ayudar a los demás.