El legado de un ganadero que conquistó Limón
La vida de Manuel Cruz como ganadero comenzó a los 24 años; pero, antes de eso, trabajó como peón jornalero en las fincas bananeras de Río Frío de Sarapiquí.
En la verde y fértil región de Cariari, Pococí, Limón, se encuentra una figura imponente del mundo ganadero: Manuel Cruz, un hombre cuya trayectoria es sinónimo de perseverancia, dedicación y éxito. Con 77 años de vida y más de cinco décadas de experiencia en la ganadería, Cruz es el alma detrás de la Ganadería Cruz, un nombre respetado en el sector.
La historia de este hombre no siempre estuvo ligada a grandes extensiones de tierra ni a cientos de cabezas de ganado. Su vida como ganadero comenzó a los 24 años; pero, antes de eso, trabajó como peón jornalero en las fincas bananeras de Río Frío de Sarapiquí. Fue allí, en esas duras jornadas bajo el sol, donde aprendió el valor del esfuerzo, algo que lo llevaría a construir un imperio basado en la constancia (ver nota completa en el video adjunto).
Hoy en día, Cruz es dueño de ocho fincas y maneja más de 960 cabezas de ganado, todas de la reconocida raza Brahman gris americano. Esta raza, famosa por su resistencia y adaptabilidad a climas tropicales, es un reflejo del carácter resiliente de Manuel y su forma de trabajar.
A la par de cada gran hombre hay una gran mujer, y para Manuel, esa persona es Emilce Solano, su esposa y compañera de vida. Con 53 años de matrimonio y tres hijos, ella ha sido su apoyo incondicional. Juntos han compartido no solo la pasión por la ganadería, sino también el amor por las tradiciones rurales, participando en topes y cabalgatas locales, eventos que mantienen viva la esencia del campo.
La casa de la familia Cruz refleja su calidez y unión. Al entrar, se puede sentir el ambiente hogareño, un lugar que, a pesar del éxito en los negocios, no ha perdido su esencia humilde y trabajadora.
Manuel y Emilce no solo han dedicado su vida a la ganadería; también son reconocidos por su compromiso social. Han colaborado en diversas causas benéficas, apoyando a la Clínica del Dolor, hogares de adultos mayores, iglesias, y contribuyendo a la construcción de caminos que mejoran el acceso a comunidades rurales.