Por Johnny López |10 de marzo de 2025, 18:55 PM

En el corazón de Corralillo de Nicoya, entre hamburguesas recién preparadas y ensaladas de frutas frescas, hay una historia que va más allá de la cocina. “Antojitos La Familia” no es solo un negocio, es el reflejo de la perseverancia y el amor de Raquel Arias y Jonathan Víquez, una pareja que decidió comenzar de nuevo tras enfrentar una de las pruebas más difíciles de sus vidas (ver nota completa en el video adjunto).

Hace dos años, la vida de esta familia cambió por completo. Jonathan, tras una dura batalla contra una enfermedad causada por un hongo en el cerebro, estuvo al borde de la muerte. Luego de superar ese desafío, decidieron dejar su hogar en Bajos del Toro y regresar a Corralillo, el lugar donde Víquez creció, con la esperanza de encontrar un nuevo comienzo.

Un sueño que nació desde cero

Sin más recursos que su deseo de salir adelante, iniciaron vendiendo helados, pero poco a poco fueron expandiendo su negocio. Pronto, su pequeño emprendimiento se convirtió en una soda familiar, donde ahora ofrecen comidas rápidas y bebidas refrescantes.

“Fue un reto grande, pero nos echamos al agua y poco a poco fuimos creciendo”, cuenta Raquel, con la satisfacción de ver cómo su esfuerzo ha dado frutos.

Más allá de los platillos que preparan con esmero, el alma de “Antojitos La Familia” es el trabajo en equipo. Sus tres hijos, todos menores de edad, han aprendido el valor del esfuerzo desde pequeños y hoy son parte activa del emprendimiento.

En las tardes, después de la escuela, los niños ayudan en lo que pueden: limpiando mesas, organizando ingredientes y hasta atendiendo clientes. Para ellos, no es solo un negocio, sino un proyecto que los une como familia.

“Nos gusta ayudar a nuestros papás y ver cómo el negocio crece”, comentan con orgullo.

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