Por Johnny López |4 de diciembre de 2024, 18:55 PM

En Rincón de Zaragoza, en el cantón de Palmares, se encuentra un lugar que, a pesar de su aparente sencillez, guarda un secreto lleno de magia y tradición. Allí, en una casa sencilla, pero llena de vida y color, vive una pareja cuya creatividad ha dado un giro único a la celebración navideña en muchos hogares de Costa Rica. 

Se trata de la “Casa de los cascanueces”, un taller donde estos emblemáticos muñecos cobran vida, gracias a las manos de José Antonio Alfaro y su esposa, Lorena Vásquez (repase la información en el video adjunto). 

Hace cuatro años, esta pareja de emprendedores decidió embarcarse en una aventura creativa que los ha unido aún más. Con 38 años de matrimonio, comenzaron a fabricar cascanueces a mano, una tradición que, aunque no es nueva en muchas culturas, cobra un toque especial en este rincón de Palmares, donde las figuras se confeccionan con esmero y dedicación.

“Todo comenzó como una idea casual, hace unos años. Siempre nos gustaron los cascanueces, pero nunca imaginamos que terminaríamos haciendo los nuestros. Fue algo que surgió de la nada, como un reto, y hoy ya forma parte de nuestra vida”, nos cuenta don José, como es conocido, con una sonrisa en su rostro, mientras su esposa, Lorena, asiente con entusiasmo.

El primer año fue un verdadero desafío. Con pocos recursos y sin experiencia previa en la fabricación de estas figuras, la pareja se dedicó a aprender y experimentar. Las primeras piezas, aunque llenas de cariño, no eran perfectas, pero cada intento los acercaba más a la fórmula que hoy los ha hecho conocidos.

"Al principio, las primeras piezas no salieron tan bien, tuvimos que corregir detalles, ajustar el tamaño y los acabados. Pero con el tiempo fuimos perfeccionando la técnica, y ahora podemos hacer cascanueces de hasta dos metros de altura", comenta José Antonio con orgullo. 

"La práctica nos ha enseñado mucho, y ahora contamos con herramientas que nos permiten ser más precisos", agrega Lorena.

Cada figura que sale de su taller es única. Las manos expertas de José Antonio dan forma a la estructura de madera, mientras que Lorena, con su ojo artístico, se encarga de la pintura y los detalles que hacen a cada cascanueces una obra de arte.

Hoy, la Navidad se vive de una forma muy distinta en la casa de los Alfaro-Vásquez. Desde octubre, comienzan a recibir pedidos de cascanueces a través de sus redes sociales, para clientes tanto nacionales como internacionales. Los tamaños varían, pero los más solicitados son los de 75 cm y los de dos metros, que se convierten en el centro de atención de las decoraciones navideñas de hogares y comercios.

Si desea contactarlos, puede comunicarse al teléfono 7081-5876.

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