¿Cómo afrontar el duelo por la muerte de una mascota?
La psicóloga Leidyn Aguilar brinda consejos de oro para atravesar este difícil momento.
Las mascotas son terapéuticas, su partida puede llegar a afectar mucho al dueño, porque algunas personas sienten que son ese único ser que los escuchaba y no se sentían juzgados, ese amigo fiel, que está en las buenas y malas.
Es muy difícil estar preparado ante la partida de un ser querido y hasta de un animal, porque esta criatura se vuelve muy cercana emocionalmente. Muchas veces suple hasta ciertos vacíos que ni siquiera se llenan con otras personas.
Hay personas que ya no quieren tener hijos, y esa mascota representa esa relación. Y la partida de un perro, gato, conejo u otro deja un vacío muy grande en la persona.
Mascoticas conversó con la doctora Leidyn Aguilar, psicóloga, sobre consejos de oro para atravesar este difícil momento.
Pero, primero debe conocer las etapas del duelo. Son muy similares a las que tenemos con un humano. Sin embargo, el tiempo es diferente, con una persona el tiempo promedio es de un año y en el caso de una mascota se alarga por un periodo de seis meses.
"Sin embargo, no podemos generalizar, no es lo mismo una mascota que lleva 10 años o 15 años con vos y era tu única compañía perruna, a una mascotita que llegó y tenía poco tiempo de estar con la familia y que había más animales en la casa", indicó la dra Aguilar.
La primera etapa es el impacto o el shock, ya sea porque yo lo veo o porque me cuentan. De inmediato viene la negación, en la cual la persona dice ‘¡ay, no puede ser posible!’, '¿cómo pasó? Si yo siempre lo cuido y siempre estaba tan atento’.
"Siguen dos etapas que pueden darse de manera simultánea. Una especie de culpa, en que me digo: ‘¿qué hice?’, '¿qué no hice?' 'Si la hubiera cuidado más'...Y una etapa de enojo, enojo con el veterinario o con alguien de la familia que no la cuidó y el enojo con uno mismo", destacó la psicóloga.
Luego sigue la etapa de negociación o regateo. La especialista señala que acá hay que tener cuidado porque muchas familias tienden a pensar que con traer una nueva mascota pueden reemplazar a la que ya no está.
"Ninguna mascota es reemplazable porque vendrá otra mascota, con otro nombre, otra forma de comportarse... Entonces en el regateo existe el error de incurrir en esto, y puede causar un shock emocional. Lo vi en un niño que una semana después de que falleció su perro, le dieron uno otro y él decía. ‘no, yo quiero a mi perrito (el que ya estaba muerto)’ y más bien le tomó como un odio a la nueva mascota. Lo rechazó porque no estaba preparado para recibir una nueva mascota", enfatizó la doctora.
Luego vendrá una etapa de tristeza en la que hay que hacer el duelo para atravesar el dolor y darse el permiso de llorar.
Tres recomendaciones de oro
La primera recomendación de la doctora es darse la oportunidad de hacer el duelo, reconocer que sí es importante tomarse un tiempo y decir: ‘ok tengo derecho de estar triste’ y ‘tengo que darme mi espacio’.
No justificar los sentimientos que tengo en ese momento. Si alguien se molesta porque estoy triste por una mascota, pues darme el permiso de sentir que estoy en mi derecho.
Finalmente, tener cuidado con no reemplazar a la mascota, si no estoy preparado para hacerlo, saber que una mascota no se reemplaza, sino que esta nueva mascota viene a complementar esa relación linda de una mascota.
Si han pasado más de seis meses y la persona no supera la muerte de una mascota, se recomienda consultar con un profesional.
Si usted desea contactar a la doctora puede hacerlo en el Facebook Dra. Leidyn Aguilar, Psicóloga y al número 7148-2205.