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Un vistazo a la parálisis fiscal: Washington sin Gobierno

Los congresistas que bloquearon el Gobierno estadounidense el martes tienen las mejores vistas del resultado de su acción desde su elevada posición en el Capitolio de Washington...

1 de octubre de 2013, 9:18 AM

Los congresistas que bloquearon el Gobierno estadounidense el martes tienen las mejores vistas del resultado de su acción desde su elevada posición en el Capitolio de Washington: un tramo de dos millas (unos 3 km) de museos, monumentos y edificios federales a lo largo de la Explanada Nacional cerrados.

Hasta un millón de empleados federales a lo largo de Estados Unidos se vieron forzados a quedarse en casa sin paga, lo que hace que el impacto del cierre se concentre sobre todo en la ciudad de Washington, donde el Gobierno federal es el primer empleador de sus ciudadanos.

Los turistas no tienen motivos para madrugar. Los museos Smithsonian a lo largo de la explanada -un destino turístico estrella para los visitantes de la capital- cerraron.

En el exterior del popular Museo Nacional del Aire y el Espacio, un cartel decía: "Todos los museos Smithsonian y el Zoo Nacional están cerrados hoy por el cierre del Gobierno. Perdón por las molestias".

Las cámaras web del zoo se apagaron, incluso la célebre "panda cam", privando a los aficionados del panda gigante nacido en agosto que puedan seguir sus progresos.

"Todos los animales seguirán recibiendo cuidados y comida", dijo el parque zoológico en su sitio web.

Había barreras acordonando el monumento a Lincoln, donde la estatua gigante del presidente Abraham Lincoln fija su mirada a través de las columnas de mármol blanco hacia el Capitolio.
Los grandes escalones del monumento, desde donde el héroe de los derechos civiles Martin Luther King pronunció su famoso discurso de "Tengo un sueño" en 1963, estaban delimitados por una cinta que decía: "Línea policial, no pasar".

El portavoz de servicios del parque Mike Litterst dijo que otros lugares de la explanada, como el monumento de la Segunda Guerra Mundial, estaban acordonados.

Se trata de la primera parálisis del Gobierno federal en 17 años. Las agencias del Gobierno fueron orientadas hacia una reducción de servicios después de que los congresistas no pudieran romper un estancamiento fiscal para seguir operando.

El titular del diario Washington Post decía: "CIERRE: El Congreso atascado en un estancamiento de financiación"

En Nueva York fueron menos educados. La portada del Daily News rezaba "Cámara de zurullos" con la imagen del presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, sentado en el sillón de Lincoln en su monumento.

LA CIUDAD TODAVÍA FUNCIONA
Pero la capital de 600.000 habitantes, con un área metropolitana de casi 6 millones, no se convirtió en una ciudad fantasma. La Alcaldía aún funcionaba, y también el transporte público, y los atascos matutinos parecían tan largos como siempre.

Aunque algunas operaciones del Gobierno seguían paradas, se mantenía el gasto para las funciones esenciales ligadas a la seguridad nacional y pública, entre ellas la paga a los soldados estadounidenses.

En el Congreso, la Policía del Capitolio trabajaba en las entradas, y algunos de ellos se quejaban - anónimamente - de que aunque tenían que estar ahí como "personal esencial", no cobraban.
Fuera del Departamento del Tesoro, junto a la Casa Blanca, Ronald Jackson dijo que condujo 88 km desde Stafford, Virginia, sólo para que lo mandasen a casa. Esperaba trabajar al menos algunas horas.

"Creo que es excesivo", dijo Jackson. "Sabes que esas personas están en la oficina para ayudar a la gente, no para hacer daño. Los mandamos allí para que hagan un trabajo. Si nosotros no cobramos, ellos no deberían cobrar", dijo.

Los miembros del Congreso seguirán cobrando durante esta parálisis mientras tratan de alcanzar un acuerdo que haga que el Gobierno vuelva a funcionar.

Algunos restaurantes y bares en la zona vieron una oportunidad de negocio.

El Washington Post publicó una lista de bares locales que ofrecían descuentos e incluso "horas felices" todo el día, dijo, de modo que los trabajadores que no cobra no pasen hambre o sed.

En el barrio de Silver Spring, Maryland, Zena Polin, copropietaria del restaurante The Daily Dish, dijo a Reuters: "Vamos a dar una taza de café gratis a todos los trabajadores del Gobierno. Los miembros del Congreso pagan el doble".