Las dramáticas imágenes de los "hoteles del cáncer" en China
Las habitaciones del hospital especializado son impagables para muchos pacientes, así que convirtieron un barrio de Pekín en una enorme sala de espera.
Los llaman hoteles pero en realidad son construcciones ruinosas desparramadas alrededor del hospital más importante de Pekín dedicado al tratamiento contra el cáncer.
Sus "huéspedes" son cientos de pacientes, la mayoría migrantes de poblaciones lejanas y empobrecidas, que no pueden pagar una habitación de hospital y deben alquilar pequeños cuartos a la espera de un turno para ser atendidos.
Las fotografías de este reportaje retratan el enorme coraje de quienes luchan contra la enfermedad: sus pequeñas alegrías y sus grandes batallas en un barrio que se ha convertido en una enorme sala de espera.
Pero las imágenes también reflejan algo más: el enorme contraste entre el espectacular crecimiento económico de China y las penurias que aún deben soportar enormes sectores de su población.
El sistema de salud de China no sólo resulta muy caro para los pacientes, sino que está colapsado por los casi 3 millones de enfermos de cáncer que se diagnostican cada año.
Esta enfermedad no sólo puede resultar físicamente devastadora, sino también demoledora a nivel financiero.
Un cuarto en los "hoteles del cáncer" puede costar el equivalente a 10 dólares por noche, mientras una habitación en el hospital supera los 20 dólares por noche, unos 150 yuanes.
Para los miles de campesinos que viajan cientos de kilómetros en busca de un tratamiento que no existe en sus pueblos, cualquier posibilidad de ahorro representa una diferencia fundamental.
"Debemos de contar cada centavo", señala Liu Dajiang a CNN. Su esposa Wang padece de cáncer cervical.
Según datos oficiales, un 44% de las familias chinas que fueron empujadas a la pobreza debieron afrontar gastos excesivos en tratamientos médicos.
"Nosotros somos granjeros y ya hemos gastado más de 270.000 yuanes (US$40.500)", dice a la agencia Reuters un hombre de 60 años que se identifica sólo como Pan.
El sistema de salud público de China alcanza casi a la totalidad de sus 1.400 millones de habitantes, pero la cobertura suele ser básica y para enfermedades crónicas o costosas resulta insuficiente.
Los miles que padecen la enfermedad recorren el país, como si se tratara de refugiados del cáncer, en busca de un lugar donde puedan costear el mejor tratamiento posible.
"He pagado 15.000 yuanes sólo para registrarme (US$2.200), pero eso no incluye el tratamiento", señala a CNN un hombre que padece de un tumor en la quijada y llegó a Pekín con su esposa e hija.
"Me están matando", agregó.
Cerca al hospital oncológico más importante de Pekín son nueve los edificios que albergan a quienes no pueden pagar una habitación en el centro de salud.
Todos están conectados por pasadizos angostos y oscuros que a veces son simples huecos en las paredes.
Según la Organización Mundial de la Salud, los índices de cáncer en China están creciendo de manera alarmante. Se calcula que más de dos millones de personas mueren cada año por la enfermedad.
En hombres el cáncer más común es el de pulmón, mientras en mujeres lo es el cáncer de mama.
La OMS señala que no siempre la mejor decisión para un tratamiento de cáncer es mudarse a una gran ciudad, porque la calidad de los periodos de reposo puede resultar muy baja.
"Sin embargo, los buenos doctores no están en los pueblos pequeños", señala a la agencia Reuters Liu, de 46 años. El debió viajar más de 750 kilómetros para llegar a Pekín.
El dueño de una parte de los "hoteles del cáncer" en la capital de China se identifica como Meng.
En 2010 él alquiló un edificio y acondicionó en él 70 habitaciones y 10 baños comunales.
"Algunos de los huéspedes se curan, pero otros salen un día hacia el hospital y no regresan nunca más", señaló Meng a CNN.
En medio de las imágenes de miseria y aparente abandono, cada una de las fotografías de los "hoteles del cáncer", es también un testimonio del enorme coraje humano por sobrevivir incluso en las condiciones más adversas.