La infanta Cristina, juzgada por delito fiscal en un juicio inédito en España
Cristina será juzgada junto a su marido, Iñaki Urdangarin, acusados ambos de haber supuestamente malversado 6,1 millones de dinero público.
La infanta Cristina, hermana del rey Felipe VI de España, se sentará en el banquillo de los acusados por dos delitos fiscales, en un proceso sin precedentes en España que juzgará un caso de corrupción que sacude los cimientos de la monarquía desde 2010.
Cristina será juzgada junto a su marido, Iñaki Urdangarin y el exsocio de este Diego Torres, acusados ambos de haber supuestamente malversado 6,1 millones de dinero público en el marco de un caso que se convirtió en uno de los paradigmas de la corrupción en España y causó indignación en un país hundido por la crisis.
La Casa Real expresó su "respeto a la independencia del poder judicial", tras conocerse este lunes la decisión del juez José Castro, de los juzgados de Palma de Mallorca.
El magistrado dictó juicio oral "contra 17 personas, entre ellas la infanta Cristina, como cooperadora necesaria en dos delitos contra la Hacienda pública" por algo más de 300.000 euros cometidos por su marido, informó este lunes el Tribunal Superior de Justicia de Baleares en un comunicado.
El juez Castro también impuso a la infanta el pago de 2,6 millones de euros como fianza para asegurar sus responsabilidades pecuniarias.
Indignación popular
Su decisión concluye una larga instrucción que comenzó a mediados de 2010, como ramificación de otro amplio caso de corrupción, cuando empezó a indagar sobre el Instituto Noos, una entidad sin ánimo de lucro presidida entre 2004 y 2006 por Urdangarin.
El magistrado sospechaba que Urdangarin, de 46 años y exmedallista olímpico de balonmano convertido en hombre de negocios, podría haber malversado junto a Torres, 6,1 millones de euros de dinero público, por medio de esa empresa que recibió numerosos contratos públicos.
La indignación causada por el caso aumentó cuando en 2013 el juez imputó a la infanta Cristina, de 49 años porque, en su opinión, colaboró "activamente" con su marido al utilizar con fines personales una parte del dinero malversado, mediante una "empresa pantalla", Aizoon, propiedad de los dos esposos al 50% y subcontratada por Noos.
Entre esos gastos personales, el juez había mencionado durante su instrucción, "un curso de salsa y merengue prestado en el domicilio familiar cuya conexión con las actividades de Aizoon (...) se antoja harto difícil".