Por AFP Agencia |8 de julio de 2018, 12:33 PM

La Iglesia católica de Nicaragua anunció este domingo que valora "seriamente" si seguirá mediando en un diálogo entre el gobierno y la oposición, debido a que fuerzas afines al presidente Daniel Ortega continúan "atacando" a la población.

"La Conferencia Episcopal va a valorar seriamente la continuación en el diálogo (...) No podemos seguir sentándonos con los representantes de un gobierno que miente, que no acepta su responsabilidad y continúa atacando y masacrando a la población", dijo el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez.

En su homilía dominical, Báez se refirió a la fuerte incursión de grupos antimotines y paramilitares en Diriamba y Jinotepe, en el suroeste de Nicaragua, que deja este domingo al menos tres muertos y decenas de heridos y detenidos, que se suman a los más de 230 muertos en casi tres meses de protestas.

El prelado advirtió que la Iglesia seguirá apostando por el diálogo, pero "si se rompe" será por "la dureza de corazón, la soberbia, la ambición de poder de los que tienen la autoridad política en Nicaragua".

"Ellos serán los responsables si el diálogo se rompe, de no haber querido encontrar una salida pacífica a esta crisis nacional que ellos mismos han provocado, y la historia los juzgará por intransigentes, mentirosos y soberbios", subrayó.

La Iglesia, que media entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, propuso adelantar los comicios de 2021 a 2019, pero el diálogo -que se ha interrumpido al menos tres veces- se estancó porque Ortega no respondía a esa demanda.

En un acto ante miles de seguidores en Managua, Ortega, exguerrillero de 72 años que gobierna desde 2007 por tercer periodo consecutivo, descartó finalmente el sábado un adelanto de elecciones.

"Se equivocaban aquellos que creían que este diálogo era para volver a la frágil, artificial y mentirosa tranquilidad que vivíamos antes del 18 de abril", advirtió Báez, quien precisó que los obispos se reunirán la tarde de este domingo para tomar una decisión.

Las protestas comenzaron el 18 de abril contra una reforma a la seguridad social, pero ante la fuerte represión policial se ampliaron para exigir la salida de Ortega, a quien los opositores acusan de instaurar, con su esposa Rosario Murillo, una dictadura marcada por la corrupción y el nepotismo.