En tercer día de paralización, Obama pide al Congreso "terminar con esta farsa"
La paralización del Gobierno de Estados Unidos provocaba un temor cada vez mayor a efectos económicos más graves al ingresar a su tercer día, y el presidente Barack Obama...
La paralización del Gobierno de Estados Unidos provocaba un temor cada vez mayor a efectos económicos más graves al ingresar a su tercer día, y el presidente Barack Obama desafió el jueves a los republicanos a "terminar con esta farsa" convocando a una votación sin condiciones de la ley de financiamiento.
Ambas partes en la disputa, desatada por la resolución de los republicanos a bloquear la reforma de salud de Obama, parecían afianzadas en sus posturas.
La crisis podría empeorar si termina mezclándose con el controvertido tema del límite de deuda federal más adelante en el mes, puesto que cualquier intento por terminar con el cierre parcial antes de fines de octubre sería desbaratado.
Obama dijo que hay suficientes legisladores republicanos dispuestos a aprobar el proyecto de financiamiento de inmediato si el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, permite que se realice una votación, pero que el líder se negaba a hacerlo porque "no quiere enojar a los extremistas al interior de su partido".
"Mi mensaje simple de hoy de hoy es 'convoca a una votación'", dijo Obama durante un discurso en una compañía de construcción de Maryland. "Realiza una votación. Termina con esta farsa y con la paralización ahora mismo", agregó.
El mandatario advirtió que mientras el cierre del Gobierno es costoso y doloroso, una cesación de pagos causada por una falta de acuerdo para elevar el límite de deuda federal generaría una crisis mucho más aguda para la economía.
Aunque algunos republicanos moderados han comenzando a cuestionar la estrategia de su partido, hasta el momento Boehner los ha mantenido unidos tras su idea de ofrecer una serie de pequeños proyectos de ley que reabrirían partes determinadas del Gobierno, las más afectadas por el cierre. Los demócratas rechazan la propuesta de una reanudación fragmentada.
ADVERTENCIA DEL TESORO
El Tea Party Express, uno de los grupos que se oponen a alzas de impuestos al interior del conservador Tea Party, ha liderado los esfuerzos contra la reforma al sistema de salud conocida como "Obamacare".
La agrupación envió un correo electrónico a sus partidarios el miércoles por la noche para decirles que un máximo de 12 republicanos habían indicando que estaban dispuestos a "abandonar la pelea" y sumarse a los demócratas en una votación de una ley de financiamiento sin condiciones.
"Necesitamos su apoyo inmediato para poner presión sobre los republicanos débiles a fin de aprobar una solución que permita a Estados Unidos evitar el desastre del Obamacare, y al mismo tiempo financiar por completo al Gobierno federal", dijo el grupo en su correo electrónico.
En un reporte aparecido el jueves que detalla el potencial impacto de un default, el Tesoro advirtió que el no pago de las cuentas de la nación podría castigar a negocios y familias estadounidenses con una recesión peor que la del 2007 al 2009.
"Una cesación de pagos no tiene precedentes y tiene el potencial de ser catastrófico: los mercados de crédito se congelarían, el valor del dólar podría desplomarse, las tasas de interés se elevarían desmesuradamente", dijo el Departamento del Tesoro.
"Los efectos negativos podrían verse en todo el mundo y podría haber una crisis financiera y una recesión similares o peores a los eventos del 2008", aseveró.
La crisis ha comenzado a afectar al sector de las manufacturas y grandes compañías como Boeing Co y United Technologies Corp señalaron que podría haber retrasos en entregas y licencias sin goce de salarios para miles de empleados si la paralización persiste.
Las compañías que dependen de trabajadores federales para que inspeccionen o aprueben productos o requieren del dinero del Gobierno para financiar operaciones dijeron que se estaban preparando para bajar el ritmo o detener sus actividades si el primer cierre parcial de la administración federal en 17 años se extiende hasta la semana próxima.
Los republicanos han intentado vincular la continuidad del financiamiento al Gobierno con medidas que socavarían la implementación de la ley de salud de Obama.
El presidente y sus legisladores demócratas se rehúsan a negociar este punto, argumentando que es deber del Congreso pagar por programas que ya autorizó.