Por Eric Corrales |4 de agosto de 2024, 8:00 AM

Fotografías cortesía oficial James Jarquín

Hace dos años, Randall Artavia, oficial de la Policía Municipal de Goicoechea (PMG) volvió a nacer luego de que un delincuente que se había robado un carro en Guadalupe le disparó cuatro veces a su cabeza, tres de las balas quedaron incrustadas en el casco y esto le salvó la vida. La cuarta bala no le impactó.

Artavia tiene cuatro años de trabajar para la PMG y decidió compartir su testimonio con Teletica.com, por primera vez, desde aquel incidente, el cual califica como un milagro que haya resultado ileso.

¿Recuerda cómo fue que lo atacaron?

Claro, abordé el carro y me acerqué a la ventana, de repente solo sentí como unos golpes en la cabeza, no sabía que era, yo vi los proyectiles salir de la ventana, el casco es modular estaba hacia arriba, fue una de las cosas que me salvó realmente, primero Dios y luego que lo tenía en modo modular.

Las balas atraviesan la ventana, atraviesan luego la parte modular del casco y ya cuando llegan al casco en sí es como la tercera pared que tienen que atravesar.

Si el casco estuviera cerrado, puede que hubiera llegado a la cabeza. Ellos hicieron cuatro disparos, tres de los cuales me impactaron a mí.

Él me dispara a la cara, pero en ese momento yo me agacho para jalar la manilla y abrir la puerta del carro, esa acción de agacharme un poquito fue una de las cosas que me salvó, porque al tener el casco modular hacia arriba yo tenía la cara completamente expuesta.

El carro robado quedó chocado en Guadalupe


¿Qué pasa por la mente en un momento así?

En ese momento no sé si es adrenalina o shock, no sé, uno como que no analiza, no piensa...entra en un tipo de shock, pienso yo.

En modo supervivencia, es como moverse, el cuerpo se mueve por inercia, en automático.

Saqué mi arma, pero esta no acciona, se encasquilla, yo al ver que no podía disparar, trato de buscar un lugar seguro para poder poner en funcionamiento el arma.

Cuando salgo corriendo me meto la mano entre el casco y la frente y reviso para ver si hay sangre, yo dije: “me pegaron”, al ver que no había sangre me tranquilicé un poco, pero traté de poner el arma en funcionamiento para repeler el ataque.

Cuando ellos se dan cuenta de que no les pude disparar, ellos emprenden la huida.

Policia municipal
Las balas quedaron dentro del casco.

¿Las balas quedaron en el casco?

Si correcto, pero ellos usaron arma 9 MM con balas expansivas, entonces eso fue una de las cosas que también me salvó, porque al ser expansiva, atraviesan la ventana y demás, pero cuando pegan en el casco la bala se expande, de hecho, el casco tiene una onda expansiva grande, como de 10 centímetros. La bala pega y se expande totalmente, eso la frenó también.

¿Cómo reaccionó cuando llegó a su casa?

Ese día yo lo terminé normal, incluso después tuvimos un allanamiento y yo fui a colaborar.

En la labor como tal yo terminé todo como cualquier día, pero cuando regreso a mi casa y entra uno como en un estado de tranquilidad, el episodio pasa de nuevo por la mente, como que estás y no estás, la gente te dice: “mae usted puede haber muerto”, entonces uno piensa, “será que estoy vivo, será que estoy muerto”, esto es producto de mi imaginación o no.

Llegué a mi casa, abracé a mi esposa y el olor de ella que uno está acostumbrado hace que uno vuelva a poner los pies en la tierra y uno entiende que no, que en ese momento estás aquí.

Policia municipal
Vehículo detenido

¿Cómo reaccionó su esposa?

Cuando pasa la situación, yo le dije al rato, porque me di cuenta de que comenzó a salir por todo lado, que iba a hacer un boom y sabía que ella me iba a reconocer, así que le tuve que contar para que no se asustara, “mi amor estoy bien, me dispararon, pero no me pasó nada, ella comenzó a llorar”, no creía que no me había pasado nada.

Que a usted le digan que le dispararon a metro y medio de distancia y que no estés herido, no es fácil de creer.

¿Qué pasó con los delincuentes?

Los dos que iban en el carro lograron huir, hicieron una vuelta en U entonces esa acción evadió a la Policía y tomaron hacia Goicoechea, nosotros los estábamos buscando hacia San Pedro, luego la Fuerza Pública encontró el vehículo abandonado en San Francisco.

Creo que los lograron detener posteriormente, pero yo no tuve parte en ese proceso judicial.

Policia municipal
Artavia porta con orgullo su uniforme cada día.

¿Hay un antes y un después?

En este trabajo uno es consciente que tiene siempre hay situaciones de peligro.

Pero si hay un Randall antes y un Randall después, eso le enseña a uno muchas cosas, a no ser tan confiado, cuando lo abordamos creímos que era un borracho, no sabíamos que había sido robado mediante bajonazo con violencia, a partir de ese momento recibimos una capacitación en la Policía Municipal donde aprendimos a corregir errores.

¿Valora más la vida?

Sí, el poder despedirse de mi esposa y mis dos hijos, uno cuando entra a este trabajo entiende que eso puede pasar en cualquier día y cualquier momento, pero hay cosas que a uno le recompensa ese peligro, por ejemplo, una de las cosas que me ha llenado más a mí como persona es ver la mamá de la muchacha del vehículo robado llegar llorando y agradecerle a uno que expuso la vida por salvar a otros, eso de alguna manera es por lo que uno trabaja y por lo que uno se expone.

James Jarquín fue el compañero que estuvo con Artavia el día del ataque, él también habló con este medio y explicó que para intentar frenar el carro les atravesó la moto, pero que el conductor le tiró el carro encima y botó de la moto entonces Randall los continuó persiguiendo hasta que ocurrió el ataque.

La Policía encontró el carro abandonado minutos después, Jarquín contó que la Policía Judicial los logró identificar tiempo después.

Policia municipal
Casco modular el día del ataque

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