Nogui Acosta: "La venta del BCR se mantiene como un objetivo fundamental"
El ministro de Hacienda tendrá un inicio de año cargado: discusiones de regla fiscal, marchamos, renta global, autobuses y venta del BCR tendrán lugar en los próximos días.
A pocas horas de que el sector público inicie labores en este 2023, el ministro de Hacienda, Nogui Acosta, reconoce que su cartera tendrá un año cargado de luchas complejas.
Solo en esta primera semana, Acosta tiene por delante conversaciones claves en temas como el proyecto para rebajar el marchamo, la venta del BCR o la posible solución a la crisis del sector autobusero.
De todos esos puntos el jerarca conversó con Teletica.com.
¿Cuándo se empezará a notar el efecto de la emisión de eurobonos?
En el segundo semestre del año. Eso ocurre porque los eurobonos vamos a emitirlos en el primer trimestre y va a tener un impacto en el costo de los recursos para el Gobierno hasta que ya empecemos a pagar intereses por los por los bonos colocados; en este sentido, creo que esperaríamos que en el segundo semestre del año una disminución en las tasas de interés que perciben los costarricenses.
¿Qué tanto? Por ejemplo para un crédito personal de un deudor.
A ver en las anteriores emisiones, en general, un año después las tasas de interés, la básica pasiva ha bajado entre 200 y 300 puntos, eso quiere decir que si hoy tenemos una tasa que anda alrededor del 6% baja prácticamente una tercera parte. Habría que ver en qué etapa del crédito está la persona, si está en las etapas iniciales, su impacto en la cuota es mayor que si está en las etapas finales.
Ustedes anunciaron para este año la presentación final del proyecto de renta global. ¿Ya está listo?
Ya tenemos un primer borrador, queremos consultarlo con la sociedad civil, con los empresarios, con expertos tributarios, un poco para ir este teniendo ese feedback de parte de quienes van a ser sujetos de los impuestos en relación con cuánta claridad tienen y cómo están viendo ellos el proyecto de ley.
Hay dos temas importantes aquí, por un lado es parte de los acuerdos con el Fondo Monetario pero que tiene implicaciones desde el punto de vista de que el Gobierno lo va a presentar en la Asamblea Legislativa y será esta, después de una discusión profunda, quien va a ir definiendo más o menos los parámetros que queden dentro de este proyecto de ley.
¿Ya ese borrador fue revisado por el FMI?
Precisamente ya lo tiene el Fondo Monetario, va en línea con las cosas. Estamos haciendo algunos cálculos porque es importante tener claridad en esto. Nuestro interés no es generar una recaudación adicional, pero las valoraciones tienen que basarse precisamente en que tampoco tengamos una erosión de la base tributaria. Porque lo que es importante es que lo que hemos logrado con la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas se mantenga, eso nos va a asegurar a nosotros mantener la senda de controlar el déficit y empezar a seguir generando un superávit primario que nos permita tener controlada la deuda.
¿Se mantiene la visión de que todo ingreso será gravado?
Todo ingreso se grava, exactamente.
Otro proyecto que se espera es el de la venta del BCR que ustedes retiraron ante las quejas y ese masivo rechazo. ¿Hay alguna noticia ahí?
Queremos hacer una mesa de trabajo con los diputados, hemos conversado con las diferentes fracciones. Creemos que hay una situación que es importante de ver: no hay una oposición expresa a la venta del banco pero sí la forma en la cual estaba planteado, las observaciones de la Contraloría General de la República y de otras personas que participaron ahí, hablaron de un tema de transparencia, de buscar formas más técnicas para el proceso de venta y vamos a incorporar eso en la propuesta.
¿Cuándo iniciarán estas mesas?
Apenas entre la Asamblea Legislativa. La idea es que a partir del 9 de enero empecemos a programar las mesas para un poco discutir cuál sería el esquema sobre el cual estaría el proceso de privatización. Aquí hay un tema fundamental, y es que la venta del Banco de Costa Rica nos va a permitir acelerar el proceso de control de la deuda.
Si usted ve, hemos logrado tener más que todo por una buena recaudación, por un superávit primario, pero principalmente por un crecimiento del Producto Interno Bruto, una merma importante. Si logramos nosotros la venta del BCR, podríamos estar muy cercanos a una relación deuda / PIB que le permita al Gobierno tener mucho más grado de libertad para poder acometer inversión en infraestructura pública y hacerle frente a una serie de demandas de los costarricenses.
¿La idea es que estas mesas se hagan por fracción?
La idea es tener un nuevo borrador en el cual podamos conversar, no lo vemos de manera individual, lo vemos de manera colectiva. La idea es que participen las diferentes facciones un poco en la dirección de lo que hemos conversado: ¿Cuál es el modelo para la venta? Pero la venta se mantiene como el objetivo fundamental.
Usted dice que hay problemas de forma más que de fondo, pero hay fracciones y diputados que están rotundamente opuestos a esa venta, por ejemplo el Frente Amplio. ¿Con ellos habrá un abordaje diferente?
Vamos a conversar con todos los que tengan interés en la propuesta, porque aquí lo importante no es el banco como tal, es el objetivo que tenemos, que es disminuir la relación deuda / PIB. Cuando uno llega y tiene que tomar decisiones en la vida, tiene que plantearse cuál es el objetivo que tenemos y el objetivo que tenemos hoy es disminuir esa relación para liberar la posibilidad de que la regla (fiscal) no sea tan gravosa y nos permita brindar un mayor gasto social, una inversión mayor en infraestructura para mejorar la calidad de vida de los costarricenses.
Al final de cuentas la pregunta es: ¿Cómo logro mejorar la calidad de vida de los costarricenses de mejor manera, con el Banco de Costa Rica o vendiendo el Banco de Costa Rica? Y yo creo que la respuesta es obvia.
Usted habla de los diputados, pero la Contraloría y otras entidades también dejaron claro su rechazo o al menos sus preocupaciones, ¿con ellos también se reunirán?
Por supuesto, creo que aquí hay dos temas importantes que tenemos que separar, uno de la parte técnica y otro de la parte política, y ahí la parte técnica creo que hizo observaciones que pueden ser incorporadas al texto y el tema de la parte política ya tendríamos una discusión un poco de oportunidad, un poco de la forma.
Y si no hay consenso, ¿Tienen plan B? ¿Van a desistir?
A ver, el Gobierno tiene poco espacio fiscal. O sea, ya hay competencia en el sector de telecomunicaciones, ya no tenemos tantas empresas públicas en un tema que podríamos estar vendiendo y ahí yo creo que tenemos la opción, dentro de un mercado competitivo como son los bancos, ya no tiene sentido tener muchos bancos.
En el 48 teníamos bancos públicos nada más, hoy tenemos muchos bancos que brindan servicio, que generan una competencia que es importante y ya no tiene sentido tener dos bancos que manejan mucho del ahorro nacional.
Es que la gente a veces no entiende que, por ejemplo, el Banco Popular también es un banco público y ahí usted genera una serie comportamientos en donde lo que uno tiene que generar es competencia y a veces la estructura, no solamente organizativa sino de control de los bancos públicos, es diferente a los bancos privados y eso genera de costos que se trasladan al consumidor.
¿Cuándo creen que presentarían esa nueva propuesta? Porque el ruido de las elecciones municipales también está muy cerca.
Efectivamente. A mí me parece que hay un ciclo que no necesariamente puede ser bueno o malo, pero que se presenta en donde las discusiones se basan un poco más en una visión de largo plazo, que son estos dos primeros años, y después en unas discusiones de más de corto plazo, que son los dos años finales del gobierno.
Y me parece a mí que es importante que discutamos ahora estos procesos, porque al final del día, otra vez, el objetivo del Gobierno y aquí hay que decirlo con muchísima honestidad, es dar estabilidad a las finanzas públicas. Ya se hizo un esfuerzo grande con la Ley de fortalecimiento, vamos ahora con el proceso de apertura de la deuda, vamos ahora con el tema de los eurobonos y vamos a plantear estas opciones para asegurar que el Gobierno, ya en una senda de sostenibilidad de la deuda, tenga la responsabilidad de seguir por esa senda.
¿La propuesta para variar la fórmula del marchamo ya está lista?
Tenemos listo un borrador, tenemos un pequeño cálculo que también estamos haciendo y es la misma dirección: nos interesa asegurarle a los costarricenses tranquilidad de que van a tener un proceso normal de depreciación de sus vehículos, no es la depreciación contable, porque aquí hay que separar lo que es desde el punto de vista productivo y desde el punto de vista de lo que manejas un carro, o sea, un carro no se deprecia 10% anual, hay un tema de mercado que está ahí y ese es diferente de lo que la gente asume.
Nosotros vamos a presentar una propuesta que va a llevar una tabla del proceso de pérdida de valor de los vehículos y el vehículo va a entrar nuevo que en Aduanas cuando llegue y se diga que el vehículo vale tanto, porque así se importa, a partir de ese precio, dependiendo de una utilidad, vamos a decir el valor de los vehículos es tanto y sobre eso va a empezar a depreciarse el vehículo, pero tenemos que construir la curva y esa curva tiene que tener una característica fundamental y es que no puede ser un costo para el Estado.
Estamos calculando para, que en promedio, todos las personas sientan una disminución en su marcha en el próximo año, pero que no se dañe la recaudación del Estado, porque entonces lo que estaríamos haciendo es creando un subsidio entre comillas, una transferencia entre el Gobierno y las personas y el problema fundamental que tendríamos ahí es que, otra vez, si nuestro objetivo es controlar el déficit, no lo podríamos hacer si empezamos a exonerar a la gente o a cobrar menos impuestos.
¿Qué va a compensar esa rebaja en los marchamos entonces?
Más que todo habrían tres temas importantes: El primero es que estaríamos valorando un poco un cambio en el concepto, por ejemplo, de las motos. Hoy hay motos que valen más que los vehículos y aun así pagan una tarifa fija.
Estamos pensando en un en un impuesto flat, para decirlo de alguna manera, para unos vehículos con una cierta edad y eso es importante. Adicionalmente a eso, estamos pensando un poco en los tramos de los impuestos, hacerlos más progresivos, digamos creando más tramos. Hoy hay vehículos de muchísimo valor y con eso estamos buscando cómo mantener la recaudación.
Más que el hecho de tener más recaudación, lo que estamos pensando es cómo mantenemos la recaudación global.
¿Las motos más caras pagarían entonces más y lo mismo con los carros?
Exactamente. Con los vehículos haríamos nuevos tramos, entonces, en lugar de llegar al 15%, podríamos estar llegando al 20% sobre los excesos o al 25%, más o menos, como lo que pasó con renta años atrás. Pero no es un aumento generalizado, sino que los que efectivamente ya son carros de lujo o con un valor muy alto sí estarían pagando más.
¿Ya tienen claro cómo planean retomar la discusión del proyecto para flexibilizar la regla fiscal al que el FMI se opuso?
Ya tuvimos la retroalimentación del Fondo Monetario, ellos hacen una serie de observaciones y queremos discutirlas con los jefes de fracción en una mesa de trabajo y seguimos discutiendo. La verdad es que el año pasado fue muy intenso en temas, pensamos retomarlo apenas inicie la Asamblea, que es este lunes, estaríamos ya programando una reunión con los jefes para empezar a trabajar sobre el texto.
A mí me parece que hay tres temas sobre los cuales hay acuerdo ya: el tema de las donaciones, que los entes públicos no estatales estén afuera, entonces ya no tendríamos a los colegios profesionales etcétera, eso me parece que es un tema importante sobre el cual hay acuerdo, y el tercero, que me parece que también es importante, es sobre qué vamos a discutir (la regla fiscal) ¿presupuestado o ejecutado? La posición del Gobierno es que es presupuestado, como está actualmente en el decreto, y sobre eso creo que ya hay también un acuerdo importante.
¿Y el acuerdo es ese, sobre lo presupuestado?
Exactamente.
Esta semana surgió la idea del sector autobusero para que créditos de apoyo presupuestario sirvieran para renovar la flotilla vehicular. ¿Ya evaluaron esa propuesta?
Sí y ahí hay un tema que es bien importante. Cuando hablamos de créditos de apoyo presupuestario, estamos hablando de créditos que lo que nos permiten es no endeudarnos. Estos créditos son a bajas tasas de interés y son precisamente para hacerle frente a los gastos que normalmente tenemos, desviar los recursos para otros fines no es razonable y por eso nosotros no estamos viendo eso como una opción viable.
Nos hemos planteado la posibilidad de crear otros mecanismos y aquí tenemos pendiente una conversación con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes para ver qué posibilidades podemos encontrar, pero sería un mecanismo independiente, que no sería algo que represente un costo para el Gobierno, porque el Gobierno no es muy hábil en hacer negocios y eso lo ha demostrado la historia y no queremos ser nosotros otro ejemplo de eso.
Estamos evaluando diferentes opciones, estamos conscientes de la necesidad de crear facilidades para poder llegar y permitir que los buses eléctricos sean una realidad. Creemos realmente que todo eso estaba programado y que se dejó de lado y no se hicieron los cambios necesarios ni las previsiones necesarias para poderlo cumplir y no es el Estado el que tiene que ir a resolver esos temas.
¿Pero esa es una visión a largo plazo o para solucionar ya la crisis en el sector?
Es en ambos sentidos, estamos buscando un mecanismo que permita, y aquí estamos trabajando en conjunto con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes, una solución para los vehículos eléctricos, los vehículos que tienen que ser nuevos. Me parece que ya existían las previsiones, ya estaban incorporados en el tema de las tarifas la obligación de hacer eso y había claridad de que eso tenía que cumplirse.
Me parece que la falta de previsión, o eventualmente, la circunstancia de la pandemia hizo que no se tomaran las decisiones correctas y no lo podemos resolver nosotros. El tema de los eléctricos es en el que estamos trabajando y la idea es que este esquema permita, digamos, una posibilidad de arrancar con el proceso de dotar de buses eléctricos a las empresas, pero no debería ser un mecanismo para siempre, sino para resolver el problema hoy.
Pero si no pretenden que esto se convierta en un gasto para el Ejecutivo, ¿cuál es el mecanismo que analizan?
En otros países ha ocurrido que las empresas de generación eléctrica son las que proveen los buses, son las principalmente interesadas porque lo que están haciendo es proveyendo su propio consumo. O sea, es como hoy que los teléfonos celulares los dan las mismas operadoras porque eso mismo les genera consumo. Al final de cuentas las operadoras lo que les interesa es que usted hable por teléfono, entonces te ponen el teléfono.
Bueno, la idea es que busquemos algún mecanismo en el cual las generadoras de electricidad, que son las que van a ver el consumo generado adicional, sean las que puedan buscar algún mecanismo que les permita este, digamos, responder a eso.
¿Estamos hablando del ICE…?
No, estamos hablando solo del ICE, aquí hay varios generadores, estamos pensando en la Compañía Nacional de Fuerza y Luz, estamos pensando en JASEC, estamos pensando en ESPH, en Conelectrictas; o sea, hay muchos, entonces ese es un tema que tenemos que ir evaluando de cuál es el mecanismo.
¿Es una idea o una conversación en marcha?
Es una idea que hemos estamos peloteando a partir de la situación de la Asamblea Legislativa y en estos próximos días nos estaremos reuniendo con el Ministerio de Obras Públicas y Transportes para evaluar cuáles opciones existen que sean viables y que sean financieramente viables al final del día.