Por Stefanía Colombari |17 de junio de 2023, 17:31 PM

Lázaro Malvárez daba por sentado que ya no sería padre, pero en abril del 2007, cuando tenía 42 años, la vida lo sorprendió por partida doble con la llegada de sus gemelos.

Pero el reto de la paternidad vino acompañado de un gran dolor, la pérdida de su esposa Bettina, algo completamente inesperado, cuando sus niños apenas tenían nueve días de nacidos.

En ese contexto tan doloroso, comenzó su misión de ser papá, mientras la combinaba con las responsabilidades como jefe de información de Telenoticias.

Malvárez conversó con Teletica.com, para contarnos su historia de paternidad, el reto que significó asumir esta tarea sin su esposa y sobre las grandes satisfacciones que le dan hoy, día con día, sus dos hijos gemelos: Amélie y Mattías, quienes hoy tienen 16 años.

¿Cómo le cambió la vida, la paternidad?

Te diría que fue un antes y un después. Para la época mía, la mayoría de mis compañeros fueron padres entre los 20 y 30 años. Yo sé que ahora no es tan común ver a padres jóvenes y también hay una tendencia de parejas que prefieren no tener hijos. En mi caso, yo fui padre a los 42 años, entonces ya es una edad en donde uno en algunos aspectos está muy bien, ha madurado, quizá hasta económicamente está uno en muy buen momento de su carrera, que quizá no es lo mismo en el que está uno a los 25 años a los 30.  Pero yo, a esa edad, casi que pensé que el tema de la paternidad en mí estaba superado y que no iba a ser papá. Entonces, cuando llegan mis hijos gemelos, hombre y mujer, me cambian la vida.

¿Cómo vivió el proceso de comenzar a ser papá mientras sufría la pérdida de su esposa?

Fue un proceso muy difícil, porque la mamá de mis hijos, mi esposa Bettina, era la que tenía toda la ilusión. Yo quería ser padre, pero el deseo de ella de ser madre, multiplicaba mi deseo de ser padre. Bettina era una mujer muy organizada, se había preparado mucho para ser madre, íbamos a cuanto curso prenatal había y ella normalmente prestaba toda la atención mientras yo iba a hacer chistes malos y más o menos a pasarla.

A nosotros se nos dio una situación familiar muy difícil, cuando a los nueve días de nacidos, mi esposa Bettina fallece de un aneurisma cerebral, entonces de buenas a primeras uno se queda papá solo. Entonces uno se ponía a pensar, los cólicos que no aprendí a sacar en la clase prenatal, a cambiar pañales… (Risas).

Fue un golpe muy duro y además un hombre de 42 años, solo en ese momento, sin experiencia de ser papá. Muy cariñoso con sus sobrinos y todo, pero con poca experiencia práctica y pensando, no te voy a decir que, en delegar todo el trabajo en la mamá, sino que la mamá era tan buena en todas esas cosas y se había preparado tanto que yo decía que iba a hacer lo que ella me diría: "alce este mueva al otro".

Pero yo siempre he sido de esas personas que cuando hay que hacer algo o tomar una decisión, no me echo para atrás y digo, lo que queda es hacerlo todo, hacerlo bien. Inicialmente, fue un poco más difícil. Me fui adaptando.

Lázaro Malvárez y sus dos hijos
Lázaro Malvárez y sus dos hijos recién nacidos.

¿Quién le brindó apoyo en este proceso?

Le tengo que agradecer mucho a mis amigos, a la empresa Televisora de Costa Rica, que me dieron absolutamente todas las facilidades y hasta el día de hoy me las han dado. Mi familia se comportó a la altura, la familia materna de los chicos se comportó a la altura y hoy ya los chicos tienen 16 años. Al final hay una realidad, también uno como padre tiene que trabajar, tiene que dedicarse a sus actividades que son las que le van a dar sustento a ellos. Entonces era un reto triple: el dolor, la preocupación y también la necesidad de uno de trabajar.

¿Cómo hacia usted en ese momento para gestionar su paternidad y su trabajo en el canal?

En la madrugada recuerdo tenía como una alarma que cuando alguno de los chicos lloraba, yo lo oía y me levantaba. No organizamos con la familia materna principalmente y mis hermanas, que una vino de Estados Unidos y otra de Cuba, a cuidar a los chicos para que yo también pudiera trabajar. Era un proceso difícil, me costaba inicialmente mucho trabajo separarme de ellos, hasta que uno comienza a descontar tiempo, bueno ya puedo mandarlos al kínder. Ya van creciendo y la misma red de cuido de la gente de uno, lo va conociendo a uno, que uno más bien agradece la ayuda, que uno jamás va a criticar a nadie, que si un chico se cae, que si uno le dio gripe, que si uno se cayó y se le hizo una chichota, son gajes del oficio, les pasa esté yo o no esté yo.

Hijos de Lázaro Malvárez
Mattías y Amélie Malvárez

Hoy sus hijos están adolescentes. ¿Qué le dicen ellos hoy sobre todo lo que fue este proceso?

Es muy bonito porque siempre, siempre, siempre, uno nota el orgullo que sienten por su papá. Ellos recuerdan, por ejemplo, que el papá era siempre el que los llevaba al kínder, siempre era el que los llevaba a la escuela, si había un papá que iba a leer un cuento a la escuela, ese era yo. Nunca me he perdido una reunión, nunca me he perdido una cita médica de ellos, cuando ha habido alguna operación que he tenido que hacerles, he estado ahí.  Obviamente, no quiero ser mezquino, también en todo este proceso he contado con mucha ayuda de la abuela materna, de la tía materna y en algún momento de mis hermanas. O sea, no he estado solo, pero siempre he estado con ellos y eso es algo de lo cual ellos viven muy orgullosos. Eso es lo más bonito que uno se lleva, el saber que, independientemente de todas las dificultades, de todos los retos, de todas las obligaciones, de todas las ocupaciones, siempre fui un papá presente y eso ellos lo notan.

¿Qué sueños tiene como padre para sus hijos?

Me siento muy orgulloso, cada uno a su estilo. Amélie es una chica encantadora, muy madura, hogareña, muy familiar, hacendosa. Mattías es un muchacho muy bueno, muy noble de corazón, muy inteligente, con mucha chispa, muy buen comunicador. Y los dos tienen muy claro lo que quieren hacer en el futuro. Amélie quiere ser médico, Mattías se decanta por las áreas de ingeniería. Están décimo, van para onceavo, les queda Bachillerato Internacional y después ya pasarían a la universidad. Entonces en torno al futuro de ellos yo estoy tranquilo, porque son buenos chicos. Han tenido una buena educación, han tenido una buena familia, que siento que muchas veces es la base del comportamiento de los chicos y también algo importante, que se han sabido unir con buenas personas, con buenos amigos, con buenas familias. Entonces, al día de hoy, yo me siento tranquilo, me siento realizado y me siento feliz por ellos.

El otro día me decía mi hija: “No te preocupes, cuando yo sea médico yo te voy a comprar una casa en Portugal para que vayas y te pensiones en Portugal." (Risas).

Lázarp Malvárez y sus dos hijos
Lázaro Malvárez y su hija Amélie


Lázarp Malvárez y sus dos hijos
Lázaro Malvárez y su hijo Mattías. 
¿Y nunca se inclinaron por el periodismo?

Mattías era muy buen comunicador, de hecho, a veces le gustaba venir al programa de radio, Pasión Deportiva, cuando tenía nuevo o diez años. Venía y hablaba de tenis, hablaba del baloncesto de la NBA, le gustaba mucho el deporte. Ya después se fue inclinando un poco más por la ingeniería. Amélie en algún momento también quería ser comunicadora, pero quería ser presentadora de televisión. Pero de un tiempo para acá, le comenzó la pasión por la medicina y te cuento, al momento de hoy, con 16 años, está tomando cursos de inducción para estudiar medicina. Me decía el otro día que le dijeron que calificaba, por su carisma, para pediatra o para geriatra, entonces le digo yo, mejor sea geriatra para que cuide a su papá (Risas).

Hijos de Lázaro Malvárez
 Lázaro Malvárez y sus dos hijos, Amélie y Mattías.

¿Cómo celebrarán este Día del Padre?

Vieras que lo voy a celebrar trabajando por una razón: los chicos están en Alemania de intercambio. Es la primera vez que lo vamos a pasar separados, pero vamos a hacer algo, aunque sea virtual para felicitarnos y saludarnos.

¿Qué consejo le daría usted a un padre que pasó por lo mismo que usted pasó, que asume esta tarea solo?

Que nunca se rinda, que saque fuerzas de flaquezas, que se puede lograr con mística y convicción, pero sobre todo con mucha ayuda de las personas indicadas. Siempre hay personas que a uno lo quieren, siempre hay personas que están listas para apoyarlo y como te digo, no solo la familia, los compañeros de trabajo. Por ejemplo, usted veía a Mattías y Amélie, desde chiquititos, aquí en el canal y yo trabajando. El consejo que siempre doy es que no nos rindamos, que sobre todo seamos buenos padres, que nos rodeemos de la ayuda necesaria y que de verdad llega el momento en donde uno comienza a recoger frutos.

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