Por Juan José Herrera |28 de abril de 2024, 8:15 AM

Katherine Rodríguez se ganó un carro del año luego de pasar 51 horas y 40 minutos de pie. 

Ella fue la ganadora de un Chery Tiggo 2 que la marca regaló como parte de sus dinámicas en la Expomóvil 2024.

La única condición era no levantar su mano del vehículo que hoy exhibe orgullosa esta madre de dos niños y vecina de La Trinidad de Moravia, San José.

Y aunque pueda sonar sencillo, no lo fue. 

¿Cómo fueron esas casi 52 horas que hoy valen un carro del año? La propia Katherine lo cuenta en la siguiente entrevista.

¿Cómo se enteró del concurso?

Por medio de TikTok vi el video en el que lo anunciaban, entonces me quedé esperando cuando pusieran en sí el anuncio oficial.

¿Y cuál era la mecánica? ¿Cómo fue que la seleccionaron?

Había que seguir pasos, había que cumplir varios pasos en redes sociales, etiquetar personas y eso. Luego se hizo un sorteo y ahí fue donde salí.

En ese momento, ¿qué pensó? Hasta ahí era la mitad del proceso, pero ya era un primer triunfo.

Sí, claro. Al principio sí pensé como que era estafa porque, digo, uno no sabía si era realmente la página la que me estaba contactando. Ya después me explicaron que no, que sí era todo oficial. Luego ya me llamaron directamente de la empresa y, la verdad, estaba muy contenta.

Entrevista de domingo - 280424

¿Ya sabía cuál era la forma o el reto para ganarse el carro?

Cuando yo vi el primer anuncio nada más vi la mecánica de poner la mano. Ya luego, cuando pusieron el posteo oficial, entonces ya ahí decía todas las instrucciones y todos los pasos que hay que seguir.

¿Ya conocía ese tipo de concurso?

Lo había visto en videos de otros países.

¿Y usted creyó, en ese momento, que era un concurso que podía ganar?

Bueno, se lo dije a mi familia cuando salió, yo les dije como que qué chiva poder participar, no pensé en realidad que fuera a ser una de las 20 en ser seleccionada, pero cuando me eligieron, sí me dije: yo voy a ganarme ese carro.

¿Se imaginó en algún momento lo difícil que podía ser estar casi 52 horas de pie?

No, no sabía que era tan difícil. Lo más difícil era estar en un solo punto, tener la mano quieta y estar ahí, sin moverse mucho. Luego llegó el sueño, el cansancio en los pies, las manos se nos dormían… A mí la mano hasta se me puso morada de no poder moverla.

¿Pero había recesos?

Eran 15 minutos de descanso cada cuatro horas.

¿Y en esos 15 minutos tenían que descansar, comer, ir al baño…? ¿O podían pedir permisos para esas cosas?

En esos 15 minutos había que hacerlo todo. O sea, había que comer, ir al baño, todo. No había chance, por ejemplo, de ir al servicio, era aguantarse o salirse del concurso, porque si usted levantaba la mano ahí se acababa todo. Entonces había que correr. Incluso, hubo momentos en que uno tenía que dejar la comida tirada para volver.

¿Cómo fue esa primera noche?

La primera noche yo creo que fue la más complicada, porque no sabíamos cómo iba a pasar, por cuánto íbamos a poder durar, pero hicimos como mucho clic todos. Entonces entre todos nos hablábamos y así nos mantuvimos despiertos.

¿Y cuándo empezaron a salir los primeros participantes?

Recuerdo varios, la primera muchacha se fue porque se sintió mal, como que se le bajó la presión, entonces ya ella salió como a las tres horas y un poquito de haber empezado. Luego ya otros salieron por motivos de trabajo, como que no les dieron permiso para faltar. Recuerdo también uno que se cambió de mano, y eso no se podía.

Una muchacha que estaba a la par levantó la mano porque se limpió una lágrima, otro que estaba con el teléfono y perdió por cambiar de mano para sostenerlo… También hubo uno que se le paró una mosca en la mano y entonces levantó la mano para espantarla.

Había otros dos que habían tenido unos accidentes y entonces como que les dolía mucho, a uno la rodilla, entonces no pudieron aguantar. Entonces así se fueron eliminando.

Entrevista de domingo - 280424

¿Pensó que podía ser tanto tiempo?

No, jamás. De hecho, yo trabajo desde la casa y yo había hablado con mis clientas, pero nunca me imaginé que íbamos a durar hasta el lunes, entonces yo decía “todo bien, vengo y las atiendo luego, pero nunca pensé que fuera tanto”.

¿En algún momento valoró retirarse?

Sí, en el último descanso que tuvimos, pensé en no volver, me sentía agotada, entonces le dije a mi familia, que estaba ahí conmigo, que ya no aguantaba, que iba a renunciar y más bien fueron ellos los que me dieron fuerza para seguir.

Porque uno está tan cansado y el dolor de pies es tanto que uno está como en blanco, ya uno no sabe ni qué pensar. Yo me imagino que el mismo agotamiento es el que lo hace a uno rendirse un poquito, eso fue lo que me pasó a mí en ese momento, pero gracias a Dios yo estaba con mi familia, ellos fueron los que me dieron aliento y ahí fue cuando dije: “si ya tengo 50 horas aquí, ¿cómo voy a levantar la mano y rendirme?”.

¿Nunca pensó en proponerle a su último rival dividir el premio y así poder irse los dos ganando?

No, no lo hablamos, la verdad. Sí nos llevamos muy bien, hicimos como mucho clic, pero el agotamiento hizo que al final ninguno de los dos ni siquiera hablara ya. Ya después de ese último mediodía, el agotamiento fue extremo.

¿Y cómo fueron esas últimas horas? Porque imagino que estar rodeados de gente hablando, viéndolos, que además están comiendo y bebiendo mientras ustedes no pueden, no debe ser nada fácil.

Fue muy difícil, demasiado difícil. Hubo algunos momentos donde tenía mucha sed y, a veces, escuchaba cuando abrían las latas de los refrescos, entonces sí era como muy complicado, o los veía tal vez comiendo algo muy rico. A nosotros nos dieron comida muy rica, pero como eran 15 minutos, a veces no lográbamos terminarnos todo.

¿En qué momento usted de verdad dijo, “puedo ganarme el carro”?

Desde el día uno que yo vi el anuncio me lo propuse y dije: sí puedo. Pero había como tres participantes que se veían muy fuertes y que yo me dije: si me quedo con ellos, al final va a ser bastante duro ganarles, pero cuando vi que ellos iban saliendo, fui viendo más posibilidades de que sí podía dejármelo.

¿Y ese momento cuando finalmente se anuncia que su rival cometió un error y que usted fue la ganadora?

Cuando me dijeron que ya había ganado me puse a llorar, pero no de felicidad o por ganar, me puse a llorar porque ya había terminado todo, porque estábamos demasiado cansados y yo lo que quería era acostarme, quería bañarme más que todo. Entonces al principio lloré por eso, porque el cansancio me tenía la mente en blanco, entonces no pensé nada más.

Ya luego como que reaccioné y entendía que me había ganado el carro y todo, ahí volví a ponerme a llorar; pero ahora sí, de felicidad.

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¿Ya pensó en lo que significa? Porque ganarse un carro nuevo no es para nada algo común.

Es algo que uno no se cree. Es un sueño, es un sueño hecho realidad, porque lograr ganarse un carro de agencia, nuevito, es un sueño. Mi familia está superorgullosa, no hemos dejado de hablar del tema, cada vez que nos vemos es para hablar de eso, no lo creíamos.

Mi hijo de 12 años me abrazó y lloró conmigo cuando gané, está supercontento, y la pequeñita de cuatro años me dice: “qué carga mami, te ganaste un carro”.

¿Cuál es el plan con el carro nuevo?

Yo tengo otro vehículo, entonces lo voy a hacer es vender ese y quedarme con el nuevo. Con la plata del otro el plan es abrir mi propio negocio en un futuro, pero eso requiere mucha logística, entonces mi plan es guardar esa plata y más adelante abrir una cafetería, que siempre ha sido mi sueño.

¿A qué se dedica hoy?

Yo soy manicurista una parte del tiempo y la otra tengo una pastelería, que hasta hoy es más como un emprendimiento.

Finalmente, ¿qué les dice a las personas sobre sorpresas como estas que, aunque suenen increíbles, sí le pueden suceder a cualquiera?

Que no pierdan la fe y que todos podemos. A veces el camino es largo, cansado, pero tenemos que cumplir el objetivo y siempre tener la mente fresca. Mi enseñanza es que todos podemos y que no perdemos nada con intentarlo.

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