12 de febrero de 2025, 11:05 AM

Periodista: Gabriela Solano

¿Piensan que volver con una expareja no funciona? La modelo y presentadora Gipzy Montoya opina lo contrario. La ex A todo dar se divorció de su esposo, Mauricio Motta y terminó casándose con él nuevamente.

Dos años separados y con otras parejas de por medio, parecía que volver no era una opción. Sin embargo, Motta encontraba motivos para estar cerca, hasta que un accidente sufrido por su hijo menor lo llevó de nuevo a su casa para cuidarlo y, según cuenta Montoya, “jamás se fue de nuevo”.

En vísperas de San Valentín, la modelo asegura que a veces las segundas partes son mejores.

 Orgullo sobre el amor

La separación le llegó a la pareja a los tres años de matrimonio, acompañada de dolor y dudas. “

"Yo no entendía qué pasaba, sufrí mucho. Él era el hombre de mi vida y un día ya no estaba más por decisión de los dos”, recordó la modelo.


Durante el proceso de divorcio, había un pensamiento recurrente en su mente: “lo perdí, ya no está en mi vida”. Por eso, decidió seguir adelante. Lo que no sabía era que su esposo no se rendiría.

 
Tiempo después, Mauricio comenzó a buscar la reconciliación.

“Siempre hubo amor entre nosotros, pero yo era muy orgullosa como para intentarlo.

“Recuerdo que un 14 de febrero tenía el carro parqueado en la calle y al subirme, vi el letrero en el parabrisas que decía "Te amo, feliz día". Se me estrujó el corazón y me dio un poco de pena, porque tuve que irme con el carro así hasta que pude llegar a la casa y lavarlo”, recordó entre risas.

El miedo a volver
 
Cuando finalmente se dio la reconciliación, surgieron preguntas ¿podremos superar el miedo? ¿Funcionará esta vez?

“Nos armamos de valor y le pedimos mucho a Dios que nos guiara. Y si teníamos que estar juntos, que eso pasara”, relató Gipzy, recordando la conversación que tuvieron, donde pusieron todas las cartas sobre la mesa y prometieron no repetir los errores del pasado.

Lo más importante, aseguraron, era confiar el uno en el otro.

“Nos dijimos que seríamos transparentes, nos contaríamos todo y siempre haríamos todo juntos. Le doy muchas a gracias a Dios porque Mau siempre insistió en volver a intentarlo…Hoy no podría vivir sin él. Es el amor de mi vida”, detalló la modelo. 

Sin peleas en la cama

Diez años después de la segunda boda, la pareja sigue trabajando en su relación.

“Jamás nos dormimos peleados. Todo lo hablamos, por tonto que parezca, lo resolvemos. Nos recordamos todos los días que nos amamos. Nos apoyamos y ninguno jala para su lado por su propia conveniencia”, recalcó Montoya. 

Eso sí, el toque de romanticismo lo pone el sargento de bomberos porque esa tarea no se le da mucho a Gipzy.

  ​“Él siempre me envía mensajitos. Cuando está en casa, me acompaña hasta la pulpería. Es el hombre más complaciente y chineador”, cuenta la modelo quien asegura tener mucha suerte de tenerlo en vida.

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