Por Deutsche Welle |28 de agosto de 2020, 17:46 PM

Diferentes países combaten en diferentes circunstancias y con diferentes estrategias el mismo problema global que representa la crisis del coronavirus. Esta es una conclusión a la que llegó el Grupo de Expertos en Salud de Despliegue Rápido (SEEG) del Gobierno alemán después de un viaje de diez días por México. "Hugo López-Gatell (viceministro mexicano de Salud) nos enfatizó el problema de enfermedades preexistentes en la población debido a la diabetes y la obesidad", dijo a DW en la Ciudad de México Kirstin Meier, líder de la delegación. "Y que más de la mitad de la población trabaja de manera informal. Estas son, por supuesto, condiciones muy diferentes a las de Europa", agregó. Por ese motivo, el Gobierno mexicano nunca había considerado un “lockdown” completo, que algunos países y expertos en salud defendían.

Según Nils Gade, del Hospital Charité de Berlín, la pandemia ha animado al Gobierno mexicano a centrarse más en problemas estructurales de salud como la diabetes y la obesidad. Ya se han dado los primeros pasos: a partir de octubre, los alimentos deben llevar etiquetas con advertencias claramente visibles sobre el contenido de grasa, azúcar, sal y carbohidratos. Estados como Oaxaca y Tabasco recientemente prohibieron la venta de refrescos y comida chatarra a menores. En la Ciudad de México se está considerando una ley similar, y al partido gobernante, Morena, le gustaría que se aplicara en todo el país. "A largo plazo, la pandemia podría conducir a un cambio en la política de salud", señala Gade.

Personal agotado y más pruebas

Otro foco del viaje fueron las visitas y los cursos en los laboratorios estatales. Allí los 100.000 kits donados con pruebas PCR (por sus siglas en inglés, Polymerase Chain Reaction) de la Charité pronto serán usados. Ahora se ha capacitado al personal en su utilización, se han analizado los procesos en los laboratorios y se han comparado diferentes procedimientos. Según Wendy Jo, directora técnica de la misión, “los laboratorios en México están muy bien equipados y el personal es profesional y bien capacitado, pero el personal está cansado: muchos laboratorios han estado trabajando 24 horas al día desde marzo, y a menudo los miembros del personal con problemas de salud han sido enviados a casa como precaución". A pesar de la pandemia, apenas se contrató personal adicional, debido a la política de austeridad del Gobierno mexicano.

Mientras que los expertos critican el bajo número de pruebas que se realizan en México, en comparación con otros países, la delegación pudo observar un panorama algo distinto. Al igual que Alemania, México también es un estado federal, y los estados federados están siguiendo sus propios caminos, incluso en la lucha contra pandemias. 

Si bien el gobierno central sigue realizando pruebas únicamente a las personas con síntomas claros, los laboratorios de los estados están realizando muchas más pruebas, incluso a pacientes asintomáticos si tienen una receta médica, señaló la delegación. "Sin embargo, sólo los resultados de las pruebas de los pacientes con síntomas se transmiten al gobierno central", cuenta Gade. Esto está descrito en el llamado protocolo Centinela del gobierno central, que se basa en muestras aleatorias y proyecciones matemáticas. Algo que ahorra dinero en pruebas y subestima la cantidad de personas que están realmente infectadas. No obstante, también significa que en una comparación internacional, la tasa de mortalidad de 10,8 por ciento de México es muy alta.

En Alemania, por ejemplo, desde el principio se realizaron rápidamente las pruebas, en especial gracias a la prueba PCR desarrollada en el Hospital Charité. Además se rastrean las cadenas de infección para aislar rápidamente a los pacientes y también a las personas infectadas asintomáticas, y así evitar nuevos brotes en la medida de lo posible. En México, que tiene 126 millones de habitantes, 62.000 personas han muerto de COVID-19 hasta la fecha y en la menos poblada Alemania, con 83 millones de habitantes, han muerto casi 9.300 a consecuencia del virus.

El Grupo de Expertos en Salud de Despliegue Rápido (SEEG) existe desde 2015 y es una colaboración de la Sociedad Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) con institutos médicos especializados y en coordinación con la OMS. La SEEG capacita a los profesionales de la salud y contribuye con kits de prueba y material de laboratorio. Ya lo ha hecho en Perú, donde capacitó a técnicos de laboratorio en la detección temprana del virus Zika en mujeres embarazadas, y en África, para combatir el ébola y la fiebre de Lassa.