A los 87 años, el papa Francisco emprende largo viaje a Asia
El pontífice volará casi 43 horas en su viaje hacia el sur de Asia y Oceanía.
Ningún papa realizó antes un viaje así a avanzada edad. Pero el papa Francisco, que cumplirá 88 años en diciembre, y que a menudo necesita una silla de ruedas para movilizarse, viajará al sur de Asia y a Oceanía. En los doce días que durará el periplo —desde el 2 hasta el 13 de septiembre— visitará Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Oriental y Singapur. El sumo pontífice de la Iglesia católica, el argentino Jorge Bergoglio, estará casi 43 horas en el aire, recorriendo varios miles de kilómetros, también sobrevolando la línea del ecuador, con el deseo de visitar regiones que, vistas desde el Vaticano, están en los márgenes del mundo.
Es muy importante “que Francisco viaje a esas regiones y se encuentre también personalmente con la gente en el pujante continente asiático”, dijo Frank Kraus, director del departamento de Exteriores de la organización de ayuda eclesiástica Missio, en la ciudad de Aquisgrán. La importancia de este viaje ha sido señalizada por varios socios de la región: “Esta no es una zona periférica de la Iglesia, sino una parte viva de la Iglesia universal”.
Asia, continente de muchas religiones
El continente asiático, al cual pertenecen también China e India, cobra cada vez más importancia a nivel económico y político, pero también dentro de la Iglesia católica, explica Kraus. Varias religiones conviven allí, y el viaje del Papa tiene que ver con el valor que aportan los cristianos, también como minoría, a la sociedad de sus países y de su continente.
En sus 16 discursos, el papa Francisco puede abordar los principales puntos de su pontificado, iniciado en marzo de 2013. Comenzando en Indonesia, llegará al país con la mayor población musulmana del mundo y un islam ampliamente abierto al diálogo interreligioso. La explotación de la naturaleza por parte de las corporaciones y las consecuencias del cambio climático están afectando a la gente, especialmente en Papúa Nueva Guinea. Timor Oriental, que sólo ha sido independiente durante unos 20 años, todavía está luchando por su identidad.
En octubre llegarán a Roma delegados de todos los países que son objetivo del viaje del Papa al Sínodo Mundial. El tema clave es la “sinodalidad”: una comunidad más fuerte en el diálogo. También el tema de los abusos sexuales, relevante en la Iglesia a nivel mundial, tendrá un papel importante. El clérigo católico contemporáneo probablemente más conocido de toda la región es el obispo de Timor Oriental Carlos Filipe Ximenes Belo, quien, con solo 47 años, recibió el Premio Nobel de la Paz en 1996 por su compromiso con su país. En los últimos años, se han hecho acusaciones por abusos en su contra. Belo se ha retirado de la vida pública.
“Los viajes del Papa son imprescindibles”
Es el 45º viaje al extranjero del papa Francisco, que no ha salido de Italia casi durante un año. Solo Juan Pablo II (1978-2005) realizó más viajes que Francisco, en total, 104. Está claro que las visitas a todos los países del mundo se consideran una parte esencial de la agenda de un Papa. “Hoy en día, los viajes son una parte integral del ejercicio del cargo papal y es difícil imaginar la vida sin ellos”, explica a DW el profesor de Teología de Augsburgo Jörg Ernesti, quien investiga la historia reciente de los Papas.
Hace 60 años que el papa Pablo VI (1963-1978) sorprendió a su Iglesia y a la opinión pública con el anuncio de un viaje al extranjero. A comienzos de 1964 viajó a Tierra Santa, es decir, allí, donde vivió Jesús. Nunca antes un Papa había viajado en avión.
Pablo VI, dice Ernesti, lo emprendió de manera reflexiva y desarrolló el concepto de los “viajes apostólicos”, como se llaman en la jerga eclesiástica, con encuentros con los gobiernos, con la juventud y con representantes del judaísmo y de las religiones no cristianas. Con su presencia en las iglesias del mundo, Pablo VI quiso manifestar su aprecio e ir al encuentro de ellas, es decir, una postura no centralista de la Iglesia, dice Ernesti. En cambio, los viajes de Juan Pablo II fueron criticados de “neocentralismo” del Vaticano.
El papa Francisco viajó a casi todas las regiones del planeta, salvo a Oceanía. La cantidad de veces que viajó a países musulmanes es notable. Además de China y Rusia, le falta aún visitar su país, Argentina, y varios países de Europa occidental. Jörg Ernesti explica que este Papa habla de un lema que también usa Frank Kraus, de Missio: “Ir hacia los márgenes”. Eso es lo que recomienda Francisco “a su Iglesia y a sus sacerdotes, y lo lleva a la práctica con sus viajes”, añade.
En octubre, el papa Francisco se convertirá en el Papa en funciones de más edad de toda la historia de la Iglesia católica. Solo Leo XIII, que falleció en 1903 a los 93 años, fue mayor que él. En los últimos años, Francisco ha debido someterse a varias operaciones, y está marcado por la vejez. Todo eso influye en los planes de viaje, debido a su movilidad reducida.
“Los límites de la resistencia física”
Para Jörg Ernesti, allí hay un problema en ciernes. “En mi opinión, la Iglesia aún no ha reflexionado realmente sobre el problema de la ancianidad de los Papas”, señala. “De ese modo, las cosas llegan a un límite. Ahora, el programa de viaje del Papa fue fuertemente recortado, y se redujo la presencia de los medios”.
Y recuerda a Pablo VI, que, en 1970, a los 73 años, viajó también hacia Indonesia, y luego a Oceanía: “Eso simplemente fue demasiado para él. Al final colapsó físicamente, también a causa del clima agobiante en el sur de Asia. Allí, el Papa se dio cuenta de que, al ser un hombre mayor que hacía poco había superado un cáncer, se topaba con los límites de su resistencia física”.
Luego, el papa Pablo VI nunca más dejó Italia, hasta su muerte, en 1978. “El alto significado de los viajes, no solo de carácter simbólico, los límites de la resistencia física, todo eso hay que tenerlo en cuenta cuando se trata de la edad avanzada de los Papas”, subraya Ernesti.