Una bolsa de hielo provocó la única expulsión de Evaristo Coronado
El Caballero del Fútbol tenía hasta ese momento solo una tarjeta amarilla en su historial.
La noche del 2 de febrero de 1994 fue de las más crudas en el estadio Ricardo Saprissa, no precisamente por el clima, o por un ambiente hostil para el rival de los morados, sino porque esa noche, Evaristo Coronado, el caballero del fútbol, vio al árbitro central, un joven Walter Quesada, sacar la tarjeta roja en su dirección.
Evaristo hoy lo recuerda como “un momento difícil, la verdad, porque no lo había experimentado antes”, pero lo que más le impresionó fue el impacto que ocasionó, aun 29 años después de ese compromiso.
Los primeros 45 minutos del juego entre Saprissa y Belén tuvo pocas oportunidades para romper la igualdad en el marcador, una de las más significativas llegó a los 11 minutos de iniciado el compromiso. Un penal a favor de los morados, que tuvo como protagonista a Hernán Medford que, desde los 11 pasos, vio cómo Jose Francisco Porras detuvo el penal.
Pelotazos para un lado y para el otro no ayudaron en la primera parte a ninguno de los dos equipos, que sin romper la paridad, terminaron el tiempo regular 0-0.
Sin embargo, en el primer minuto del tiempo añadido, una acción premeditada de un aficionado desató una serie de acciones que llevaron a la expulsión de Coronado.
El asistente Adrián Varela estaba a un costado del terreno de juego, cuando vio al belemita Carlos Murillo caer al suelo producto de un golpe, ¿a quién estaba marcado el jugador? Nada más y nada menos que al Caballero del Fútbol.
Varela no dudó en mencionar la “infracción” a su colega y este, de acuerdo a lo que recuerda Evaristo, “Walter me dice: ‘disculpe, mi compañero me está informando que usted golpeó a un rival, tengo que expulsarlo’, no le puedo responder nada, simplemente me di la vuelta y salí”.
“Quesada tenía que respetar a su compañero, en realidad ese hombre fue el que cometió un error, no necesariamente para hacerme un daño. El jugador está detrás de mí y lo ve caer, por eso intuyó que yo le di un golpe”, agregó Coronado.
¿Pero qué pasó en realidad?
Un aficionado lanzó al terreno de juego una bolsa con hielo, la cual impactó a Murillo, pero no fue hasta que se hizo una reunión para analizar la apelación del Saprissa por esa polémica tarjeta roja, que hasta ese momento, tenía la hoja de vida de Coronado manchada.
“Fue un momento difícil ver la roja, pero a partir de ahí, los aplausos de la gente, las expresiones de la gente y cuando se reúnen para analizar el caso, ver que llegó el aficionado y tomó su responsabilidad, también llegó Murillo y la directiva de Belén hasta envió una carta indicando que fue un error, cambió ese sinsabor”, añadió Evaristo.
A casi tres décadas de ese momento, Coronado, quien recibió un premio al juego limpio por parte de la FIFA, recuerda con risas esa anécdota que todavía los aficionados de la época reviven con profundo dolor.