Crónica: Cuando el amor por el Cartaginés queda en la piel
Aficionados a Cartaginés se tatuaron el histórico título brumoso.
Esto fue David contra Goliat. Un capítulo más en la historia del fútbol costarricense que será recordado como el día en que cayó el “imperio maldito” del muñeco, puso a Cartago de cabeza y hasta en la piel, como estos tatuajes.
Atrás quedaron los mitos y las leyendas. Hoy se respira a campeonato. Desde Ochomogo hay aroma a grandeza.
48 horas, una madrugada en vilo, conciertos con Los Hicsos, Los Ajenos, La Solución; la ida a La Basílica, la cena con patrocinadores, el juego de pólvora; las entrevistas y el reflector público no son suficientes para la explosión de júbilo que se gestó en 13 pases y un cabezazo.
Minuto 104 en el Morera Soto. Una jugada digna para un A, B, C en cualquier pizarra de un amante de la táctica. Una acción que deparó en el éxtasis que al día de hoy no se acaba —y no tiene por qué terminar—.
Ver a un Adal Ramones corriendo desaforado en la gramilla del estadio. Ver a Don Leo Vargas (60 años) casi desmayado porque sus piernas no lo sostenían. Ver a Marcel Hernández consagrarse ante el equipo que desembolsó $150.000 y luego lo desechó. Todo eso no tiene precio.
Desde las 11 p. m. del pasado jueves, con el pitazo final de Benjamín Pineda, todo ha sido reconocimientos, abrazos, pecho inflado y camisetas blanquiazules por todo Cartago. Todo ha sido un puro: ¡Azul, azul! Y ¡Vive, vive!
La cosa se calentó desde la previa del último partido. “No sé que están celebrando, bien por ellos por hoy, pero están irrespetando a una institución muy grande como lo es la Liga y ahora nos toca a nosotros en nuestra casa”, dijo el volante José Miguel Cubero antes del juego.
Claro... 81 años y estar a un paso de alcanzar por fin esa ansiada gloria no era poca cosa para los brumosos, pero sí para el orgullo de Cubero.
En ocasiones, la vida y el fútbol te ponen en esa delgada línea entre fracasar de nuevo y hacer historia. Cartaginés no tuvo chance de mirar hacia atrás, de voltear y ver todo lo que habían pasado en estos 81 años; tan solo no claudicó, apretó puños, dientes, fue al frente y volvió a dejar helado el Morera.
Esa hidalguía que demostró el equipo en los dos partidos en la casa manuda fue precisamente la que generó imágenes que quedarán para la eternidad: la de los abuelitos festejando en la cama, la de brumosos llorando en el estadio erizo, la narración del periodista y relator de Teletica Radio, Adrián Méndez. “Si no me morí en esa cama hace un año, era para verte campeón Cartaginés”. Méndez, Adrián (6 de julio, 2022). Teletica Radio.
Qué importa el cómo. Nadie se acordará de eso. Estamos frente al típico caso en que los ticos preguntan cada cierto tiempo (años): ¿Dónde estaba en el terremoto de Cinchona? ¿Dónde estaba en Brasil 2014? En un tiempo será: ¿Dónde estaba cuando el Cartaginés rompió la racha de 81 años de no ser campeón?