Henry Raabe: ni el cáncer, ni la pandemia frenan su sueño paralímpico
El ciclista de 38 años se declara amante de la vida tras superar dos veces el cáncer. Ahora se prepara para acudir a los Juegos Paralímpicos en Tokio 2021.
Henry Raabe va embalado. Su meta es clara. No importan los intensos pedaleos que hacen temblar sus pantorrillas, pero cada vez está más cerca de su objetivo: los Juegos Paralímpicos de Tokio 2021.
Raabe actualmente se encuentra a las puertas de ser el único costarricense que ha acudido a unos Juegos Olímpicos tradicionales (Beijing 2008) y que estará en unos Paralímpicos (Tokio 2021), ambos en la modalidad de ciclismo de ruta.
Pero su camino a los Paralímpicos no ha sido nada fácil.
Hace nueve años superó por primera vez un cáncer del tejido linfático (linfoma no Hodgkin) que le puso su primera prueba.
Tras superarlo, el dos veces ganador de la Vuelta a Costa Rica (2006 y 2007) vivió un grave accidente en el 2015 durante una Vuelta a San Carlos que lo dejó al borde de la muerte.
Fractura de cráneo y secuelas de por vida en su movilidad, así como tremendos dolores del brazo, fueron parte de lo que le dejó la tragedia y que lo hacen ahora destacar en el para ciclismo que ya le dieron una medalla de plata en los Parapanamericanos Lima 2019 y un quinto lugar en la Copa Mundo UCI Corridonia 2019 como principales logros.
Pero la vida le tendría una prueba más. En abril del 2020 y mientras el mundo comenzaba a temer lo peor por la pandemia, Raabe recibió otra dura noticia: su cáncer volvía.
Superado la enfermedad por segunda ocasión, ahora tiene todo listo para soñar con destacar en los Paralímpicos, que gracias al traslado de fechas podrá competir.
¿Cómo se encuentra Henry Raabe de cara a los Juegos Paralímpicos Tokio 2021?
Las cosas han salido un poco complicadas con el tema del accidente y el cáncer, pero gracias a Dios continuamos realizando el ciclismo ahora a nivel paralímpico y con las esperanzas de acudir a Tokio 2021 donde tenemos el boleto asegurado.
Me he estado sintiendo bien y ahora en febrero gracias a Dios ya terminé la quimioterapia y ya estamos otra vez con las pilas recargadas para lo que viene.
¿Ya superó por completo su segunda lucha contra el cáncer?
Los exámenes que me hicieron ahora en febrero me salieron bien y solo tengo que mantener un control. Ya gracias a Dios eso es tema superado y ahora sí podemos enfocarnos en la preparación y buscar el punto exacto para estar bien para las justas.
Ahora no estoy andando en carretera, pues a finales de enero me caí y tuve una fractura en el brazo y solo me he mantenido entrenando en rodillo. Ya no tengo el yeso, pero hace falta la carretera.
¿Cómo fue esa experiencia de volver a enfrentar esta tremenda lucha justo cuando se está a las puertas de unas Olimpiadas?
Un día que amanecí con los ganglios alrededor de mi cuello inflamados y en mi caso como ya había tenido este tipo de cáncer linfático (linfoma de no Hodgkin) tenía que ponerle mucha atención y bueno, fue una alerta que me sirvió para detectar otra vez la enfermedad.
Cuando la gente escucha la palabra cáncer lo primero que dicen es “ya me voy a morir” y en esta ocasión Dios y la familia siempre me dieron tranquilidad y paz. Todo fue rápido. Hay que afrontarlo y siempre no decaer, la parte anímica es muy importante y la familia y las personas allegadas son muy importantes, da un plus muy importante para sobrellevar una enfermedad.
¿Qué tan difícil fue cuando le dicen “cáncer” por segunda vez?
Vieras que fue más tranquilo. Lo tomé con tranquilidad, yo por dentro sabía que todo lo que tenía y todo lo que Dios me ha dado, eso me daba fuerzas, y dije: “bueno sí salí una ocasión de él, puedo hacerlo una segunda vez”.
No es nada bonito recibir quimioterapia y los que han recibido este tratamiento saben que es bastante duro. Por dicha yo no tenía tantos efectos tan duros como en otros casos y sabía que sí me sentía mal era parte de un proceso y que más adelante me sentiría mejor. Así lo sobrellevé.
Gracias a Dios salimos adelante con esto y fue una batalla no tan bonita que nunca me gustaría repetir, pero seguí luchando por lo que yo quería.
¿Entonces lo que usted había visualizado como un año de preparación rumbo a unos Juegos Olímpicos los terminó entre pandemia y la lucha contra el cáncer?
A mí se me detectó como a eso de abril y ya para esa fecha estábamos en confinamiento y ya después me tocaba ir a quimioterapia al hospital. Se me juntó todo, tenía que cuidarme el doble y bueno tuve la suerte de que pasaron los juegos, porque sin pandemia no hubiera podido asistir a Tokio.
Usted se ha caracterizado por ser una persona que se sabe levantar de los golpes de la vida como lo fue el accidente en la Vuelta a San Carlos del 2015 y la fractura de cráneo. ¿Cuál ha sido su fortaleza?
Ese accidente me cambió todo. No solamente en la parte física (arrastra problemas desde ese día), si no como persona. Es por ese día que compito en Paralímpico, todavía sigo con efectos como el dolor neuropático o incluso la misma discapacidad en mi brazo derecho… De lo malo viene lo bueno, que es seguir teniendo la oportunidad de practicar ciclismo como lo he hecho toda mi vida y gracias a Dios he tenido el apoyo de mis patrocinadores en mi carrera, así que de lo malo que fue el accidente, también me sirvió para vivir cosas buenas.
¿Pensó en algún momento dejar el ciclismo?
Pues en realidad sí. No tanto con el cáncer, pero sí lo pensé mucho con lo del accidente. Cuando estaba en el hospital tenía mucho dolor, no lograba mover el brazo ni mi pierna derecha, así que fue un punto en el que pensé que el ciclismo se me terminó.
Pero las personas que estuvieron a mi lado me ayudaron mucho, como lo es el caso de Dax Jaikel, quien me ayudó a comprender y encariñarme más con el mundo del Para-Ciclismo; además, conocí a mi entrenador Marco Taylor quien ha estado conmigo desde entonces, así que le dieron a uno esa luz para decir, esto no se acaba.
¿Con todo esto cómo se encuentra a nivel competitivo para hacerle frente a las justas?
Le soy honesto, es bastante complicado en este momento. El ciclismo ha sido muy golpeado por la pandemia tanto nacional como internacional. A nivel nacional nos ha costado en el ciclismo de ruta poder realizar eventos, nos ha costado mucho la preparación.
A nivel internacional han cancelado muchos eventos. Pensábamos ir a una fecha en Italia, pero la suspendieron por todo lo que está pasando y el rebrote, entonces sí, hasta cierto punto nos ha golpeado mucho.
No he realizado algún evento como para tener un punto de preparación y en mi caso se ha juntado todo: mi recuperación al cáncer y ahora mi fractura, entonces se ha complicado todavía más. Pero estamos con tiempo para buscar algunos eventos y hacer varias cosas.
¿Cuáles serían sus próximos eventos en el calendario?
Está la opción de poder asistir al Mundial en Portugal en junio, luego por ahí cerca está otro evento que es una fecha de Copa Mundo en Bilbao, España. También hay opciones de eventos en Estados Unidos que se podrían buscar, pero aún no hay certeza de que se realicen.
Espero que a nivel nacional se logre reactivar los eventos del ciclismo de ruta para llegar con más preparación.
¿Cuáles son sus expectativas reales para los Juegos Paralímpicos Tokio 2021?
Me replanteo muchas cosas. Uno piensa lo que podría suceder y mucho será apostar a buscar medalla, pero también hay otra parte que piensa que uno tiene que ir acorde a lo que podría competir en ese nivel, pues es muy alto.
Creo que sería buscar una opción casi que, al inicio de carrera, pues el nivel de los competidores es muy alto y es una carrera en la que hay que buscar una medalla desde el arranque, más de una estrategia muy temprana.
¿Cómo analiza la actualidad del ciclismo tico?
El tema de la pandemia ha golpeado mucho al ciclismo con lo de poder realizar eventos y eso complica el patrocinio de los equipos y ciclistas.
Además, el dopaje ha golpeado mucho al ciclismo por muchos años y lo bueno con la pandemia es que mucha gente ha buscado practicar ciclismo y eso es muy bueno para el deporte, pues lo hace crecer. Pero sí ha conllevado a otro tema que es la inseguridad en las carreteras, son tiempos difíciles, nos ha costado mucho, no solo a los profesionales, sin o también a los que comienzan.
Muchos conductores no tienen la paciencia con este tema y no todos tienen ese respeto y armonía entre vehículos y ciclistas.
Con todo lo que ha vivido, ¿cómo es el Henry Raabe de hoy?
Uno la verdad no se ha puesto a analizar si ha cambiado. Creo que he sido el mismo, siempre apegado a Dios, quien me ha impulsado y me ha dado una familia muy hermosa por qué luchar. También me ha dado muchas alegrías pese a que me ha tocado etapas duras, pero gracias a él he podido sacarlos adelante. Yo agradezco mucho todo lo que me ha dado, pues los amigos y la familia son las cosas que más atesoro y después de todo lo que he vivido es lo que más uno valora. ¡Soy un amante de la vida!