¿Qué produce la intolerancia a la lactosa y cómo se trata? Esto dice una nutricionista
Siete de cada 10 personas en el mundo no producen suficiente lactasa.
Muchos toman el café con leche. Es más, la leche es una bebida esencial para la alimentación de las personas. Probablemente, en este momento se le antoje algún chocolate caliente con ese lácteo, un fresco o un batido. Puede que sí, a como puede suceder todo lo contrario cuando piensa en productos de este tipo. Eso le sucede a Joselyn Barquero, quien sufre de intolerancia a la lactosa (ver nota completa en el video adjunto).
“Fue hace como dos años que me di cuenta. Fui al médico porque siempre que comía algo así, me daban problemas intestinales. Es frustrante, porque a mí me gusta la pizza, el queso. Hay muchas cosas que uno no se da cuenta de que tienen lácteos”, explicó Barquero.
Muchas mujeres son intolerantes a la lactosa. Es más, se trata de una epidemia silenciosa que ataca a cada vez más y más personas. Siete de cada 10 adultos en el mundo son intolerantes a la lactosa, una cifra nunca registrada, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque no hay datos oficiales ni específicos para Costa Rica, el crecimiento a nivel mundial de este mal es innegable.
Pero, ¿por qué se da? La nutricionista Andrea Piedra explica las razones.
“Se da cuando el intestino delgado no produce suficiente lactasa, que es una enzima que, por así decirlo, parte la lactosa en pedacitos pequeños. Los malestares estomacales se dan cuando poca lactasa no puede partir tanta lactosa y esta llega a partes del intestino donde no debería de llegar”, explicó Piedra.
La enzima de la lactasa se puede entrenar. Es decir, entre más seguido como lácteos, más voy a generar lactasa y así se genera tolerancia a la lactosa. Eso sí, en niveles muy moderados y bajo la recomendación de un médico especializado.
Entonces, este número tan alto de intolerantes a los lácteos podría deberse a un déficit en la ingesta de estos productos durante la niñez y las etapas de crecimiento. Lo recomendable es que un adulto consuma, por lo menos, tres lácteos al día, según la OMS.