La forma de cerrar el puño puede indicar rasgos de su personalidad
Estas expresiones de lenguaje no verbal componen el 65% de los procesos de comunicación.
Periodista: Rubén McAdam.
Dígame cómo cierra su puño y le diré quién es, sugiere un estudio. Aunque parece imperceptible, no todas las personas hacen los puños de la misma forma. Un estudio de comportamiento del lenguaje no verbal del cuerpo, publicado por el Instituto de la Salud de Estados Unidos, determinó que la manera en la que una persona cierra el puño puede determinar cómo maneja sus relaciones interpersonales.
Por eso, un equipo de Calle7 Informativo (C7I) puso a prueba a un grupo de mujeres en el centro de Heredia. Todas hicieron tres formas de puño distintas, que revisaremos más adelante, pero lo que todas concluyeron fue que siempre cerraban el puño durante situaciones de tensión, estrés o ansiedad.
“Si cierra los puños, está haciendo una postura cerrada y lo que siempre debemos hacer son posturas abiertas, porque esto (las posturas cerradas) nos hace ver rígidos y no va a funcionar”, explicó el experto en lenguaje no verbal, Humberto Gutiérrez.
Ahora bien, ¿qué quiere decir sobre mí la forma en la que cierro mi puño? El estudio señala que hay tres formas comunes de realizar este gesto:
1. Con el pulgar escondido.
A este puño se le conoce como “mano de bebé”, está asociado con personas ansiosas y ocurre cuando están expuestas a niveles de estrés elevados. Además, es una seña de lenguaje no verbal que puede significar que la persona tiene sensaciones de no escapatoria ante distintas situaciones.
2. El pulgar sobre la segunda falange en el dedo del medio.
Se relaciona con la sospecha, la desconfianza y estados de alerta. Comúnmente, esta es la postura que las personas suelen adoptar para usar sus puños como armas, por lo que denota frustración y que la persona suele estar lista para un enfrentamiento tanto física como psicológicamente.
3. El pulgar sobre el dedo índice.
Las personas que cierran el puño de esta forma se destacan por su amabilidad. El estudio determinó que suelen ser desconfiadas, ingenuas y no están dispuestas a enfrentar una pelea o discusión.
Estos son gestos que forman parte de la comunicación no verbal, un proceso importante dentro de los procesos comunicativos, porque esta forma de expresión compone hasta el 65% de las conversaciones cara a cara, según indica la Universidad Complutense de Madrid.