15 de julio 05:15HS
Un reglamento le quita el sueño a cientos de personas que viven en terrenos propiedad de JAPDEVA. Ellos temen perder el sitio que durante décadas han llamado su hogar, pero la entidad lo niega.
La ola criminal no solo está sumergiendo a este país en una espiral homicida, sino que está haciendo que miles de niños crezcan entre balas, impactando su alma en uno de los momentos más vulnerables de sus vidas.